La pérdida de puestos de trabajo, la disminución de los ingresos y la inseguridad económica incrementan los niveles de trabajo infantil, embarazos adolescentes y matrimonios prematuros.
Ciudad de México a 01 de junio del 2020.- A lo largo de la historia de la humanidad las sociedades del mundo han sido víctimas y culpables de los conflictos que más afectan su bienestar, transgrediendo sobre todo a las niñas y niños, quienes son los miembros más vulnerables de todas las naciones.
En el marco del Día Internacional de los niños víctimas de agresión, conmemorado el 4 de junio, reflexionemos en torno a aquellas infancias que se han visto oprimidas por el homicidio, la violencia sexual, el secuestro, los ataques contra escuelas, hospitales, el reclutamiento al crimen organizado, la ausencia de ayuda humanitaria y ahora por las consecuencias que trae consigo la pandemia causada por el COVID-19.
El propósito de este día es reconocer el dolor que sufren las niñas y niños en todo el mundo, víctimas de los maltratos físicos, mentales y emocionales. Hoy nos atañe pensar en el profundo y largo impacto que tendrá esta crisis humanitaria de salud, porque si bien es cierto que los infantes parecen tener menos probabilidad a padecer síntomas severos y tasas de mortalidad inferior que la de los adultos, padecen otro tipo de consecuencias que también impactan directamente en su bienestar y desarrollo. La nueva normalidad deberá incluir apoyo en salud mental paras las y los niños. Comenta Jimena Cándano, Directora General de Fundación Reintegra.
En México, el sistema educativo optó por migrar a las plataformas digitales para terminar el calendario escolar y asegurar que los niños no perdieran el ciclo; sin embargo, esta medida no garantiza que las niñas y niños estén aprendiendo de manera asertiva, sin olvidar que previo a la pandemia muchos infantes no iban a la escuela, puede que el propósito de las autoridades parezca cumplirse, pero eso no significa que de verdad se esté impulsando el sano desarrollo de estas generaciones.
Además, es probable que la pérdida generalizada de puestos de trabajo, la disminución de los ingresos y la inseguridad económica incrementen los niveles de trabajo infantil, embarazos adolescentes y matrimonios prematuros, explica Cándano.
Las tensiones que están viviendo los familiares en confinamiento están agudizando la violencia intrafamiliar, dejando a las niñas y niños expuesto a la explotación y abuso por parte de los adultos que pueden visualizarlos como medios para la obtención de ingresos.
¿Qué tenemos que hacer? Recordar que las niñas, niños y adolescentes son los ciudadanos del futuro, nuestros agentes de cambio para la próxima generación de profesionales y que a través de ellos emergen oportunidades para repensarnos como sociedad, cultivar la empatía, aumentar nuestra resiliencia, construir comunidades más seguras y solidarias para su sano crecimiento.
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Acerca de Reintegra:
Es una fundación que trabaja a favor de la justicia social, equidad de oportunidad y derechos para los jóvenes en conflicto con la ley. Tiene como misión prevenir el delito y reintegrar a la sociedad a quienes experimentan conflictos penales, fortaleciendo sus capacidades y concretando un proyecto de vida, siendo un referente en la opinión pública nacional e internacional en la prevención del delito a través de la reinserción social.