En el marco de las entrevistas a los aspirantes para dirigir la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el senador Enrique Vargas Del Villar planteó serias preocupaciones sobre la autonomía de la Comisión y su relación con el Poder Ejecutivo, en particular en temas de seguridad pública. Vargas Del Villar cuestionó a Nashieli Ramírez Hernández, una de las aspirantes a la presidencia de la CNDH, sobre cómo aseguraría la independencia de la institución y abordaría las preocupaciones por violaciones a derechos humanos por parte de las fuerzas armadas y la Guardia Nacional.
El senador enfatizó su inquietud respecto a los casos de abuso documentados, como el de un joven llamado Alexis en Culiacán, quien presuntamente fue víctima de uso excesivo de la fuerza en un operativo de la Guardia Nacional y el Ejército. Vargas Del Villar subrayó que si no hubiera habido cámaras capturando el incidente, los abusos podrían haber pasado desapercibidos, y expresó su postura de que el Ejército no debería encargarse de labores de seguridad pública.
En respuesta, Nashieli Ramírez defendió la importancia de los consejos consultivos dentro de la CNDH, argumentando que son un «contrapeso social» que contribuye a la independencia y a la toma de decisiones de la Comisión. Ramírez, actual titular de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, señaló que los consejos están integrados por miembros de la academia y la sociedad civil que desempeñan una función crítica para orientar a la Comisión.
Sobre las denuncias de violaciones a derechos humanos, Ramírez reconoció la gravedad de estos abusos y afirmó que es necesario fortalecer la formación en derechos humanos de las fuerzas armadas y la Guardia Nacional. Explicó que no está de acuerdo con el actual enfoque de capacitación basado en la Convención de Viena, la cual se centra en las fuerzas armadas en conflicto, ya que considera que el contexto de seguridad pública en México requiere un enfoque distinto que priorice el respeto a los derechos humanos.
En cuanto a la autonomía de la CNDH, Ramírez destacó que su independencia debe reflejarse en acciones y decisiones centradas en la protección de las víctimas y no en su relación con las autoridades. Afirmó que la verdadera autonomía de la CNDH se mide en su capacidad de poner en primer lugar los derechos y necesidades de las víctimas, por encima de las relaciones con el gobierno.
Esta interacción reflejó las preocupaciones y expectativas sobre el papel de la CNDH en un contexto de creciente militarización de la seguridad pública en México.