Hoy, 1 de octubre, es el sexto aniversario del referéndum del 2017; y tras seis años del acto más relevante en décadas, podemos hacer diferentes valoraciones, según la ideología y el momento actual de cada uno de nosotros.
Muchos independentistas desencantados y desmotivados, mayoritariamente por culpa de sus líderes, consideran que, tras el fracaso del 2017, todo lo que se ha hecho durante estos seis años ha sido un trampantojo, una ilusión óptica para hacernos creer que mantenemos el espíritu reivindicativo, pero que no es más que una falsa ilusión.
El trampantojo, ‘trompe-l’oeil’ / engaño al ojo), es una técnica pictórica que juega con el sombreado y la perspectiva para obtener ciertos efectos ópticos.
A mi modo de ver, los diferentes políticos y partidos independentistas montaron un trampantojo, haciéndonos creer que todas las estructuras de estado estaban preparadas, y, precisamente, el mismo día 1 de octubre, vimos que ni los ‘mossos d’esquadra’, la policía catalana, actuaba como estructura de estado, ya que se sometieron a los diferentes poderes del estado español: judicial, policial, político, etc.; como hicieron todos, todos, los funcionarios de la Generalitat, Ayuntamientos, etc.; así, vimos a altos cargos, como el secretario de la presidencia, haciendo de sumiso servidor español; y, encima, después, todos ellos han sido recolocados y mantenidos.
Pero creo que no todo lo que se ha hecho durante estos seis años cabe entenderlo como un engaño, sin más, pues los presos y exiliados han pagado y pagan las consecuencias de forma bien real. Asimismo, ciertas actividades, efectuadas precisamente en el exterior, tienen visos de dar unos resultados válidos; mientras que gran parte de las actividades efectuadas en el interior, influidas y determinadas por los respectivos partidos, especialmente ERC, sí que han sido un verdadero trampantojo, un falso ilusionismo reivindicativo.
Parece que los partidos y políticos, mayoritariamente, se han adaptado a la representación bidimensional diseñada por Roger Penrose (n. 1931), matemático y premio Nobel de física (premio que compartió con Stephen Hawking). Gráficamente, Penrose representó escaleras que cambian su dirección noventa grados cuatro veces, y que dan la sensación de que suben y bajan, según la dirección en la que se mire.
Y esa sensación es la que nos han dado y dan muchos de los políticos considerados ‘independentistas’; que no sabemos si trabajan a favor de la independencia, o de la dependencia. Y esto ha sido y es penoso. Y, consecuentemente, hay diferentes interpretaciones, fruto del mencionado efecto.
Los independentistas necesitamos y queremos políticos y partidos con las ideas claras, y si no las tienen, que al menos sean sinceros y lo reconozcan. Y en base a ello, actuaremos y votaremos.
No queremos seguir falsamente ilusionados, con naderías.
Ahora bien, la aritmética parlamentaria tras las elecciones del 23 de julio, dio unos resultados diabólicos a nivel de la gobernabilidad española, resultando decisivos los votos de los 7 diputados de Junts (los de ERC ya están descontados, y subsumidos dentro de la fantasía de Penrose, pues si bien no sabemos si suben o bajan, ‘casualmente’ siempre apoyan al PSOE, a cambio de bien poco)
En el día de hoy se realizan muchas actividades, con diferentes organizadores; una muestra más de la desunión entre todos nosotros. Yo espero que la realmente multitudinaria sea la convocada por el Consell per la República, Òmnium, ANC y la Intersindical; y en la que podremos ver y oír, en pantalla, al president Carles Puigdemont.
Espero que Puigdemont se mantenga en su discurso inicial, del pasado 5 de setiembre, emitido en Bruselas. Confío que no le ponga gaseosa, ni haga un efecto de descafeinado; como muchos, interesadamente, vaticinan.
Sabemos que la amnistía es muy importante, pero sabemos, también, que votamos por la independencia, no para que nos amnistiaran y dejaran como estábamos antes.
Es verdad que la amnistía comporta un reconocimiento de que los poderes del estado no obraron bien, que se extralimitaron. Y ese es uno de los principales escollos que tiene su aprobación.
Pero, efectivamente, la amnistía ha de ser la base para definir y atar un sistema de negociación, con observadores externos, encaminados a efectuar un referéndum acordado. Y ese compromiso firme de trabajar para un futuro referéndum, es otro de los escollos.
No podemos conformarnos con la amnistía.
Muchas personas relevantes, consideran que es preferible esperar las sentencias de los tribunales europeos. Yo también preferiría un revolcón desde el exterior; pero, como dice el refranero, ‘más vale pájaro en mano, que ciento volando’, así que, si puede acordarse cuanto antes, mejor, menos sufrimiento para los implicados en juicios y sus familiares.
Para finalizar este breve escrito, cabe recordar que los seis años transcurridos, quizás sigan el patrón simbólico, ya que el número seis simboliza la ambivalencia y el equilibrio y, al ser la unión de dos triángulos, formando la estrella de seis puntas, se remarca que la síntesis que les une a ambos es el centro. Muy bien, cada uno que se quede con lo que le convenza más; pero, cuidado, que el exceso de seis, puede llevar al 666, que es el número de la Bestia, del anticristo. Así que un exceso de ese centrismo, nos llevaría al abismo.
En fin, confío que la concentración de esta tarde, y todas las efectuadas durante estos días en toda Catalunya, muestren y recuerden que seguimos vivos y bien despiertos.