PARÍS (AP) — Cuando Sharon van Rouwendaal se acercó al final de la carrera de aguas abiertas de los Juegos Olímpicos, la neerlandesa no pensó en lo absoluto sobre la calidad del agua en el río Sena.
Ya había tragado mucha agua, la misma que ha generado tantos cuestionamientos en París 2024.
“Tenía sed”, dijo Van Rouwendaal. “Estaba frío. Me gustó”.
En caso que no se enferme dentro de un día o dos, al menos se consolará con otra medalla de oro.
Confirmándose como la nadadora de aguas abiertas más destacada en la historia, la neerlandesa de 30 años cerró con destreza para salir triunfante de la carrera de 10 kilómetros.
Para Van Rouwendaal, fue otro oro en un impresionante palmarés que ya incluía la victoria en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro desde Río de Janeiro 2016 y una presea de plata en Tokio hace tres años.
“Mucha dedicación y dolor”, dijo al sintetizar lo que ha sido su carrera.
Después de que la australiana Moesha Johnson liderara la mayor parte de la competencia, Van Rouwendaal aprovechó la fuerte corriente del Sena para superar al grupo de cabeza. Johnson se quedó más cerca de la orilla, lo que permitió que la neerlandesa se llevara el oro.
Van Rouwendaal se acercó para golpear la almohadilla de meta en 2 horas y 3:34 segundos, mientras que Johnson se conformó con la plata en 2:03:39.7. El bronce fue para la italiana Ginevra Taddeucci, la única otra nadadora que tuvo una oportunidad al final con un registro de 2:03:42.8.
Con un pintoresco telón de fondo que ninguna otra ciudad puede ofrecer — la Torre Eiffel que se cierne sobre el campo, los Inválidos con cúpula dorada a un par de cuadras de distancia, el puente de Alejandro III bordeado de estatuas que domina la boya de salida y el tobogán de llegada — Van Rouwendaal agrandó su leyenda en este deporte.
A pesar de los enormes y costosos esfuerzos para limpiar el icónico río, donde se prohibió nadar durante más de un siglo, 48 horas antes del evento, aún había dudas de desarrollarlo debido a las bacterias que persisten en el Sena.
Los eventos de triatlón ya se habían celebrado en el río, aunque el calendario se vio alterado por los niveles fluctuantes de bacterias en el agua.