
Imagogenia
@mar_naa
Nadie sabe y a nadie le interesa de qué se trató el mitin del domingo, que si iban a hablar de los aranceles y después ya no, que si iban a hablar de las elecciones del Poder Judicial y al final nadie supo para qué se reunieron, honestamente eso no es importante. Lo más destacado de este domingo fue qué, a diferencia de otros momentos políticos, la crema y nata de Morena, falló protocolariamente y propició así un suceso que pasará a la historia.
En la escena se ve a la Presidenta caminando hacia el templete donde daría su discurso por la “asamblea informativa” en el Zócalo de la Ciudad de México, en el trayecto están: el secretario de Organización de Morena Andrés Manuel López Beltrán, los coordinadores de Morena de la Cámara de Diputados y del Senado, Ricardo Monreal y Adan Augusto López, Luisa María Alcalde, presidenta de Morena y otros integrantes del partido, quienes en el momento que pasó la presidenta se tomaban fotos con “Andy”, en cuanto se percataron que Sheinbaum iba pasando, intentaron saludarla pero ella ya sólo estiró la mano y siguió derecho.
Honestamente de haberse tratado de cualquier otro personaje, el tema podría haber pasado desapercibido, pero la realidad es que aquí ningún protocolo fue aplicado sólo por el simple respeto a la investidura presidencial, sin importar quién esté al frente porque la forma da el fondo y estas fallan alteran muchísimo la percepción que se tiene del partido, sus integrantes y sobre todo de la imagen de su líder más significativo, la presidenta.
Ciertamente, no todo fue error de los personajes que hicieron el “desaire”. Para empezar alguien tendría que haber avisado que la presidenta se encontraba en camino para poner en alerta a todo su equipo. Segundo, si bien tomar selfies, saludar y generar interacción entre todos está perfecto para compartir en las redes sociales y hacer más “accesibles” a este tipo de personajes, hay un momento para todo esto y debieron incluir a la presidenta; la historia habría sido muy diferente si se hubieran esperado a tomar la selfie, en el templete con la multitud de fondo y la presidenta en primer plano ¿no?
Tercero, este tipo de sucesos se presta mucho a la interpretación, dando cabida a malas reflexiones sobre lo que está pasando dentro de Morena. Por ejemplo “Morenistas hacen desaire a la Presidenta”, “El líder real de morena es “Andy” López, no Sheinbaum”, “Ignoran a Sheinbaum en mitin ¿pasará lo mismo a puertas cerradas”; lo que sin duda no ayuda a fortalecer la imagen y las decisiones que toma la presidenta. Y, aunque la Presidenta minimizó lo sucedido, y los involucrados se hayan disculpado de forma inmediata a través de sus redes sociales y probablemente también lo hicieron de forma privada, el error ha hecho que sigamos hablando del tema y cuestionando muchos aspectos que son netamente de índole perceptual.
Y es que, no es común que un grupo político ignore, por el motivo que sea, al más alto mando de la élite política, ni en México, ni en cualquier parte del mundo. Porque a la figura que ocupa la silla presidencial se le respeta, es el máximo representante de nuestro país, sin importar del partido político del que venga. No me quiero imaginar que esto hubiera pasado con AMLO o Enrique Peña Nieto.
Al final, esto se pudo haber evitado con orden y construcción de protocolos, pues estos pequeños momentos, más que el discurso, son determinantes en la percepción que construimos como ciudadanos sobre la esfera política; y lamentablemente ponen en duda la capacidad de liderazgo de la máxima autoridad en nuestro país, y a su vez debilita la imagen de la presidenta, Claudia Sheinbaum y todo aquello que pudo haber construido en estos meses al frente de su administración.