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Síndrome del llanero solitario

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Ayer se hizo público que la exconsellera de Junts, Clara Ponsatí, y el filósofo Jordi Graupera, han formado un nuevo partido soberanista denominado ‘Alhora’ y, en el presente escrito planteo mis elucubraciones al respecto.

Ante las próximas elecciones catalanas (previstas, a más tardar, para febrero del 2025), además de esa nueva candidatura de ‘Alhora’ (al mismo tiempo), se está planteando la confección de una lista cívica, por parte de la ANC, así como otra lista cívica, todavía más desconocida.

Ante este tsunami de listas, me parece que es preciso señalar dos aspectos básicos:

En primer lugar, y como ya es sabido, el ‘divide et impera’ (divide y vencerás), es una variante del ‘divide et vinces’ y del ‘divide ut regnes’; estrategia utilizada por Julio César, Napoleón Bonaparte, el Imperio Colonial Británico, especialmente en la India Británica, etc.:

‘Es ganar y mantener el poder mediante la ruptura de las concentraciones más grandes, en fracciones que tienen menos energía en su aislada individualidad. El concepto se refiere a una estrategia que rompe las estructuras de poder existentes y evita la vinculación de los grupos de poder más pequeños.

(…)

Es una estrategia para ganar o mantener el poder, orientada a sembrar la discordia y a introducir elementos de todo tipo, para debilitar a posibles oponentes y/o a usar sus propias potencialidades para influenciarlos unos contra otros’.

(fuente Wikipedia)

A mi modo de ver, es evidente que toda fragmentación dividirá el voto, y la consecuencia será una mayor debilidad, frente a los partidos unionistas (PSC/PSOE y PP); así que, en primera instancia, veremos que se perderán votos, ya que, según la ley electoral española, si no se alcanza el 5% de los votos, no se obtiene un escaño.

Es vergonzoso que, en Catalunya, tras más de 40 años de pseudo-democracia, hayamos sido incapaz de elaborar una ley electoral propia, como tienen todas las otras comunidades autonómicas, por lo que nos debemos regir por la ley electoral española. Y esa falta de acuerdo entre los partidos catalanes, respecto a primar en mayor o menor grado a las poblaciones menores en detrimento de las grandes ciudades, ha sido y sigue siendo el gran muro con el que han topado todos los partidos.

Y ese desacuerdo expresa, a mi modo de ver: una gran falta de visión global y de futuro, junto a una gran insolidaridad, pues, los grandes partidos políticos temen perder cuotas de poder, y eso es lo único que les interesa.

Y sin la precisa visión amplia y la necesaria solidaridad, mal podremos construir la deseada República Catalana.

En segundo lugar, ‘el síndrome del llanero solitario’.

Me parece que el deseo de liderar una acción o movimiento, para satisfacer el propio ego narcisista, no es más que un claro ejemplo de la mencionada falta de la precisa visión global y de la necesaria solidaridad.

El ‘llanero solitario’ (The Lone Ranger) es una película dirigida en 2013 por Gore Verbinski, basada en una serie de Walt Disney Pictures de 1969, ambientada en el Far West

En esa película se explica que:

‘En Tonto, el guerrero indio Toro, explica cómo John Reid, un antiguo defensor de la ley, se ha convertido en un justiciero legendario, The Lone Ranger. Estos dos héroes, con la ayuda del espíritu del caballo, han de aprender a hacer un equipo para afrontar un mundo hostil y corrupto, y así, poder cumplir sus venganzas’

(Wikipedia)

‘El ser humano es básicamente un ser social (…) y el llanero solitario no era ni llanero ni solitario (…), pues el problema no es vivir en comunidad, sino mirar con quién, cómo y en qué condiciones. Claro que la interacción social conlleva roes, pero no por eso tenemos que caer en la ‘antropofobia’, que es el miedo a la gente y a la vida social.

(…)

No existen individuos que se hicieron solos en la vida, eso es mentira, siempre ha habido alguien, en algún momento, que ha aportado su granito de arena para el triunfo de otro. Ni siquiera el llanero solitario era llanero y solitario, pues mantenía en el pueblo ayudando a la gente y siempre con su inseparable amigo, Toro.

(https://www.vivelastereo.com)

‘El síndrome del ‘Llanero solitario’ surge a partir de la distancia que se genera entre la necesidad de liderar que tiene un manager y la verdadera vocación que puede tener para ser un líder y no solo un superior en la jerarquía corporativa. Por falta de herramientas, formación o simplemente habilidades básicas para la conducción de equipos, este tipo de líderes concentran todas las tareas, las responsabilidades y los deberes sobre su propia persona.

Existen varias razones para justificar esta conducta, que puede parecer heroica, pero que en realidad es bastante disfuncional. Por lo general, los ‘llaneros solitarios’ tienen un ego que los lleva a pensar que ellos trabajan más rápido y de forma más eficiente que los demás. Ocupando posiciones de jerarquía, muestran una gran resistencia a delegar tareas en sus colaboradores. Y no es el miedo a que no se cumplan los objetivos lo que los detiene, sino esencialmente su falta de confianza en el resto de las personas. Su visión del trabajo es muy parecida a la del vaquero de antifaz: para ellos, ser un líder es hacerse cargo de todo y sentir, al final del día, que son los únicos con capacidad para hacerlo.

Los problemas de autoestima pueden ser también causa de este tipo de comportamiento. Aunque sea contradictorio, muchas veces la necesidad de quedar siempre bien a los ojos dependientes y superiores es una forma de lidiar con una baja consideración de sí mismos.

(…) Para muchas personas que no están preparadas para ejercer el liderazgo o no han recibido la dirección apropiada, esta forma de ejercerlo es la única que conocen. Creen que pedir ayuda es un síntoma de debilidad o de falta de responsabilidad.

Consideran que la toma de decisiones asociada al rol de conducción es sinónimo de soledad a costa de excluir al resto del equipo de todo el proceso. Lo primero que los ‘llaneros solitarios’ deben aprender es que las personas no son superhéroes o súper heroínas, ni el lugar de trabajo es un lejano oeste plagado de desafíos a enfrentar en soledad. Deben aprender que delegar beneficia tanto al líder, que puede ocuparse de otros asuntos, como a los colaboradores, que podrán comprender mejor los procesos y sentirse parte. También deben aprender que la comunicación es la base del trabajo en equipo, y que solo con grupos de trabajo comprometidos con objetivos comunes pueden lograrse metas extraordinarias.

Deberán dejar de lado la falsa sensación de que todo lo pueden, abandonar la ilusión de controlar los resultados y abrirse para reforzar relaciones y vínculos de confianza con los demás. Llegarán así a la reveladora conclusión que ni ellos son los mejores, ni los demás son todos incompetentes (…)

(https://www.randstad.cl)

Volviendo al nuevo partido ‘Alhora’ (al mismo tiempo) de Clara Ponsatí y Jordi Graupera, no entiendo ni el nombre, pues ¿al mismo tiempo de qué?; y que su color elegido sea el rojo, que denota la lucha, entre otras características, me parece apropiado, pues tienen como objetivo el cambio; y es comprensible que piensen que ‘al país le hace falta un cambio’, pero que en el spot de presentación de ese nuevo partido que, oficialmente se presentará el próximo 23 de abril, el día de Sant Jordi (patrón de Catalunya, un día mágico a nivel popular), lancen mensajes confusos, tiene tela, pues:

‘Siempre te hacen escoger entre preguntas del tipo ¿quieres tener raíces o futuro?, ¿quieres cuidar la familia o quieres un buen trabajo?’ Y, en esta misma lógica, Graupera y Ponsatí defienden que las figuras del panorama soberanista actual nos obligan a escoger entre salud o lengua, independencia o buen gobierno, pero en el fondo es un chantaje.

Según ellos, esta selección responde a una necesidad de evitarse el conflicto, pero con el guiño a su nombre: ‘las cosas que importan pasan al mismo tiempo’; por lo que, según su parecer, lo que necesita el país ahora, son raíces y futuro, independencia y buen gobierno. ‘una propuesta política’’.

(Nació, 4 de marzo del 2024)

Será cuestión de esperar a conocer su programa, aunque, por experiencia, sabemos que los programas suelen ser simples brindis al sol.

Pero, de entrada, esas preguntas planteadas por Ponsatí y Graupera, me parecen pura demagogia, pues está claro que lo queremos todo, la independencia y un buen gobierno, ya que queremos mejorar, no empeorar.

Por eso, me parece que estos dos políticos se consideran como los citados Toro, el guerrero indio y como John Reid, el antiguo defensor de la ley, convertido en un justiciero, si pensar que, en este momento, lo que necesita el movimiento independentista, es justo lo contrario, necesitamos la unidad, no más divisiones.

Si esta pareja considera que tienen la piedra filosofal para independizarnos, que aparquen sus egos y sean solidarios, y compartan su ‘luz’ para que, entre todos, consigamos la independencia y podamos salir de la actual oscuridad.

Ambos políticos tienen un contrastado currículo académico, y un elevado nivel intelectual, pero eso no contradice que, ‘alhora’ (al mismo tiempo) puedan percibir una débil autoestima que les haga buscar el liderazgo, para reafirmarse.

Y deberían ser conscientes de que no existen los superhéroes ni las súper heroínas, ni ellos lo son, ni los otros ‘líderes’ políticos, y mucho menos nadie de las bases; por eso, debemos ir juntos, si queremos confrontarnos con el reino español, que, como sabemos, desde 1714, nunca ha dudado en aplicarnos las más terribles salvajadas, y siempre de la forma más ultrajante y agresiva, como por ejemplo, en la continuada expropiación de nuestros impuestos, que nunca revierten en Catalunya en la proporción debida, como podemos observar en nuestra infrafinanciación y en la ínfima ejecución de los presupuestos generales (que siempre nos prometen lluvia de millones, y después nada de nada, la más pertinaz sequía); mientras que año tras año van potenciando a la comunidad de Madrid, en detrimento de toda España. Nos prometen y acuerdan pactos, como los efectuados para la investidura de Pedro Sánchez y, una vez en su poltrona, todo queda en el olvido.

Tenemos infinidad de ejemplos, como la ejecución de Salvador Puig i Antich (de la que ahora se han cumplido los 50 años), un asesinato de la peor forma, el garrote vil. Todos los asesinatos son salvajadas, y realizarlos con un procedimiento medieval, todavía más; pero, claro, buscaban escarmentar a los catalanes. Y así actuaron también el 1 de octubre del 2017, reprimiendo violentamente el referéndum; y siguen actuando violentamente todos los poderes: el judicial, policial, mediático, eclesiástico, financiero, todos, todos encabezados y alentados por Felipe VI, el ideólogo del ‘a por ellos’, que el año pasado multiplicó el nefasto José María Aznar con su proclama cuartelera / tabernaria del pasado mes de noviembre: ‘el que pueda hablar, que hable, el que pueda hacer, que haga, el que pueda aportar, que aporte, el que se pueda mover, que se mueva. Cada uno en su responsabilidad tiene que ser consciente de la situación de crisis en la que estamos’.

Ante todo esto, me parece que la creación de nuevos partidos como el de ‘Alhora’, o las futuras listas cívicas (otro nombre que insulta a la inteligencia y a la ética, pues quiere decir que lo que no son ellos, somos incívicos; y olvidan que únicamente una ínfima parte de la ciudadanía está afiliada a los partidos políticos), como he dicho, genera división, desmotivación y, en definitiva, más abstención; favoreciendo, así a los partidos unionistas catalanes, claro.

Jordi Graupera, en las elecciones municipales de Barcelona del 2019, con el paraguas de la ANC, quiso implantar la idea de ‘Primàries Catalunya’ e inventó una candidatura denominada ‘Barcelona es capital’, una muestra de ‘ingenio’ bastante obtuso, que únicamente obtuvo el 3,74% de los votos y, como he dicho, al no llegar al 5%, quedó en la papelera de la historia. Después consideramos que la historia nos enseña a no repetir los errores, pero vemos que no es así.

El Libro del Eclesiastés (del griego Ekklesiastés) o Qohéleth, se refiere a la asamblea, a la congregación, libro sapiencial incluido en la Biblia y en el Tanaj judío, señala ’Vanitas vanitatum, nihil novum sub sole’ (vanidad de vanidades, nada nuevo bajo el sol) (12,8); y respecto a los ‘llaneros solitarios’ a los que me he referido, señala:

‘Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! Que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto’. (Ec. 4, 9:12)

Efectivamente, eso no deja de ser una metáfora, pues Ponsatí y Graupera seguro que buscarán un equipo, ya que no es posible que vayan solos, como el guerrero indio Toro, y John Reid, el antiguo defensor de la ley convertido en un justiciero, pues no son ni llaneros ni irán solos, pero, visto en perspectiva, el partido que conformen, no dejará de ser un simple grupúsculo fruto de la alta burguesía catalana, que causará más problemas que soluciones.

Así que mejor que nos olvidemos de paridas, y no nos dejemos deslumbrar por más que oigamos sus gritos de ‘¡Hi-yo, Silver, away!’ (arre, Plata, adelante), que era el grito del Llanero Solitario a su caballo Plata.