Mariana Rodríguez y Samuel García, la pareja política del norte del país que ha sabido sacar provecho de todos los aspectos que les rodean, se caracterizan por ofrecer a su audiencia una exposición extrema de sus vidas en internet, y esto no sólo aplicó como parte de sus estrategias en la campaña electoral para llegar a gobernador, sino que, a la fecha la han mantenido al grado de que sin importar ningún tipo de límite han incluido niños en su escaparate digital. Recordemos que hace poco más de un año se vieron envueltos en un escándalo monumental -que honestamente poco les importó- por “adoptar temporalmente” a un bebé del DIF Capullos y exponerlo en sus redes sociales, esto fue catalogado como una revictimización del niño en la búsqueda de hacerse propaganda política.
Si bien ellos son amantes de mostrar cada detalle de su vida personal en plataformas digitales, sobre todo Rodríguez quién está catalogada como “influencer” y por ende, su “trabajo” es prácticamente compartir todo de su vida, también se debe poner sobre la balanza hasta donde llega la exposición pública y en qué momento se debe reservar algo para la intimidad de la familia. Sin embargo, parte de la imagen de estos dos personajes, implica este tipo de exposición, que hoy vuelve a involucrar a un bebé, y es que el gobernador de Nuevo León y la primera dama, han sido padres por primera vez este viernes.
Como era de esperarse compartieron cada detalle del momento desde el proceso de embarazo, el cuarto de la bebé, los mensajes de WhatsApp que Mariana compartió con García avisándole que empezaba a tener contracciones, hasta videos de la primera dama y su esposo en el hospital mientras llevaba su proceso de parto. No escatimaron en compartir cada detalle, por más íntimo que fuera. Y sí, todo es parte de una estrategia.
El compartir este tipo de eventos, genera simpatías por parte de la audiencia, pero ¿por qué? Primero debemos dejar en claro que el que ambos se mantengan fieles a su facilidad para compartir todo en redes sociales preserva la confianza de su audiencia, porque no están fingiendo ser algo que no son u ocultando algún detalle. Ahora, el que una pareja pública comparta este tipo de momentos, de una forma estratégica porque jamás vimos a la primera dama incómoda o despeinada, propicia que se genere con su audiencia un vínculo emocional y otorga los reflectores desde una perspectiva positiva, pues no hay nada más conmovedor que ver a una feliz pareja convertirse en padres.
Finalmente, la pequeña hija del político y la influencer, se ha convertido en figura pública desde el momento de su nacimiento, y todo en beneficio de mejorar la imagen pública de sus padres. Esperemos que estos eviten cometer errores del pasado, y consideren que la constante exposición de un pequeño no es lo ideal, sobre todo en redes sociales, aunque probablemente factores que otros padres deben tener en cuenta como la seguridad y la sobre exposición de sus hijos, no serán condicionantes para ellos y mantendrán su costumbre de compartir cada aspecto de la vida de la menor.
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