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¿Sólo debemos reflexionar un día?: reflexión y refracción.

Amadeo Palliser Cifuentes
Amadeo Palliser Cifuentes    amadeopalliser@gmail.com

Mañana, los catalanes votaremos, y esta vez en plena pandemia, por lo que la participación podrá estar muy condicionada, y no sólo por el miedo a la contaminación, sino por el cansancio y el tedio por la pesada campaña, y la falta de ilusiones.

Y hoy, el día previo, es la jornada de reflexión, un día sin campaña.

Yo siempre he estado en contra de esta jornada, siempre me ha parecido una tontería.

¿Sólo debemos reflexionar un día? ¿sólo estamos libres de bombardeos publicitarios un día? Cuando todos sabemos que los partidos utilizan diferentes estrategias para seguir con su contaminación interesada.

Reflexionar, según el diccionario de la RAE, es ‘pensar atenta y detenidamente sobre algo’.

Etimológicamente, ‘la palabra reflexionar está formada con raíces latinas y significa ‘pensar nuevamente en algo, considerar con cuidado’. Sus componentes léxicos son: el prefijo ‘re’ (hacia atrás), ‘flectus’ (doblado), ‘tío’ (sufijo que indica acción y efecto), más el sufijo ‘ar’ (terminación usada para formar verbos).

(etimologías.dechile.net)

Para este artículo me interesa más centrarme en la expresión en física, diferenciando entre ‘reflexión’ y ‘refracción’. Es decir, como ‘acción y efecto de reflejar o reflejarse’, y ‘acción y efecto de ‘hacer que cambie la dirección un rayo de luz u otra radiación electromagnética al pasar oblicuamente de un medio a otro de diferente velocidad de propagación’. (RAE)

‘Cuando un rayo de luz se propaga en un medio transparente y llega a una superficie de separación con otro, también transparente, una parte sigue propagándose en el mismo medio, es decir, se refleja. Otra parte pasa al otro medio, es decir, se refracta.

(…)

Reflexión: el ángulo que forman el rayo incidente y el reflejado con la normal superficie de separación es el mismo.

(…)

La refracción de la luz: es el cambio de dirección de los rayos de la luz que ocurre tras pasar estos de un medio a otro en el que la luz se propaga con distinta velocidad.

(…)

(fisicalab.com)

Considerando estos principios físicos con la pregunta que efectuaba Antoni Bassas, ¿quién es más fiel, el que constata las diferencias, o el que mira hacia el otro lado?, que ya cité días atrás, nos encontramos en la tesitura de los líderes políticos que prefieren a los paniaguados comedores del pesebre, que reflejan su propia imagen, a los que refractan un pensamiento crítico.

Todos sabemos, por experiencia propia, que tanto los políticos, como los ‘responsables’ de todas las empresas, prefieren a los subordinados que son meros ‘ángeles si señor’, que nunca cuestionan las opiniones de los mandos, pues así es más fácil, más cómodo para ellos.

Particularmente tengo una amplia experiencia en este sentido, pues en 47 años de trabajo en una multinacional, pude ver y comprobar que, precisamente, se prefiere y se promociona a las personas que son simplemente reflectantes del pensamiento del mando, del superior, meras correas de transmisión.

Y, obviamente, los mandos, prefieren a ese tipo de subordinados, antes que a los que plantean matices o visiones contrapuestas, que les harían contemplar un pensamiento, unas decisiones refractarias y, por lo tanto, más ricas.

Esopo (siglo VII a.C.) lo explicó muy bien en sus fábulas, por ejemplo, mostrando el riesgo que comporta el fiarse de un mero reflejo, de un espejismo:

‘El perro y su reflejo

Un perro muy hambriento caminaba de aquí para allá buscando algo para comer, hasta que un carnicero le tiró un hueso.

Llevando el hueso en el hocico, tuvo que cruzar un río. Al mirar su reflejo en el agua, creyó ver a otro perro con un hueso más grande que el suyo, así que intentó arrebatárselo de un solo mordisco.

Pero cuando abrió el hocico, el hueso que lleva, cayó al río y se lo llevó la corriente.

Muy triste quedó aquel perro al darse cuenta de que había soltado algo que era real por perseguir lo que solo era un reflejo’

(arbolabc.com)

Los independentistas catalanes sabemos, por experiencia, que no debemos dejarnos llevar por meros espejismos, sabemos que nunca reflejaremos las ansias del poder franquista-borbónico, y también sabemos que nunca, ese sistema de poder contemplará adecuadamente las refracciones que podamos plantear.

Pero sabemos, también, que tenemos unas especificidades que debemos valorar adecuadamente, sin dejarnos despistar por las elucubraciones del ciervo del siguiente cuento, también de Esopo:

‘Un ciervo, que se encontraba bebiendo de un manantial cristalino, se vio reflejado a sí mismo en el agua. Mientras contemplaba con gran admiración el elegante arco de sus cuernos, se sentía muy desconcertado por sus piernas que no se mantenían quietas en el reflejo.

¿Cómo puede ser?, suspiró, que me maldijeron con estas piernas cuando tengo unos cuernos tan magníficos.

En este momento, sintió el aroma de una pantera y en un instante se fue corriendo por el bosque.

Pero mientras corría, sus cuernos, que sobresalían por todas partes, quedaron atrapados en as ramas de unos árboles, y pronto la pantera lo alcanzó.

Entonces, el ciervo comprendió que las piernas de las que estaba tan avergonzado le habrían salvado si no hubiera sido por los inservibles cuernos de su cabeza, que le habían dejado atascado’.

(fabulas.wiki)

Los independentistas catalanes sabemos que tenemos nuestros puntos débiles, claro, pues el estado es muy poderoso, pero, asimismo, somos conscientes que tenemos una moral de persistencia que nos hará vencedores. Y por eso, no debemos minusvalorar el poder de las bases, de la ciudadanía, cuando se moviliza.

Y aunque estas bases, estas patas, nos parezcan trémulas y débiles, con el tiempo nos salvarán, ya que la cornamenta (nuestros líderes) están muy limitados, como sabemos.

Pero, en estas elecciones, paradójica e infantilmente, hemos introducido el virus en casa, y nuestros ‘enemigos’ son nuestros propios compañeros de viaje independentista, haciendo bueno el comentario de Aznar, ‘antes de dividir España, se dividirán los catalanes’.

Es evidente que entre los catalanes hay casi una mitad de unionistas, y esto no lo podemos obviar; pero, lo que, sí que deberíamos superar, son las rencillas entre el mundo independentista. Es infantil que, en unos comicios tan críticos, que pueden ser plebiscitarios, discutamos y nos enfrentemos entre los independentistas, pensando únicamente en clave partidista, no de país.

Por eso, en estas elecciones, el principal peligro es interno, como refleja el siguiente cuento:

‘Érase una vez que un león que vivía en el desierto. Allí soplaba mucho el viento y por ello, el agua de as charcas en as que habitualmente bebían todos los animales no se quedaba nunca quieta. Las potentes ráfagas rizaban la superficie de las charcas y nunca se reflejaba nada en ellas.

Un día, el león se adentró en el bosque, donde solía cazar y en sus tiempos libres, jugar; hasta que se sintió algo cansado y sediento. Buscando agua, llegó a una charca que contenía el líquido más fresco, tentador y apacible que nadie nunca había podido imaginar.

De modo que el león se acercó a la charca, alargó el cuello e intentó beber un buen trago. De repente, vio su propio reflejo y se asustó, al pensar que se trataba de otro león que estaba frente a él.

‘Esta agua debe pertenecer a otro león, mejor me voy de aquí con mucho cuidado’. Retrocedió, pero, entonces la sed le hizo volver de nuevo a la charca. Otra vez vio la cabeza de un temible león con una gran melena que le devolvía la mirada desde la superficie del agua.

El león de esta historia se agazapó a la espera del momento oportuno para ahuyentar al ‘otro león’. Como estaba acostumbrado a hacer para marcar territorio o demostrar que se encontraba en un lugar, abrió sus fauces y dio un terrible rugido.

Pero tan pronto como enseñó sus dientes, por supuesto, la boca del ‘otro león’ también se abrió; y a nuestro león esto le pareció una horrible y peligrosa visión.

Una y otra vez el león se apartaba, pero luego tomaba coraje, volvía a la charca y tenía la misma experiencia.

Después de un largo rato, sin embargo, estaba tan sediento y desesperado que se decidió: ‘¡Con otro león o sin otro león, beberé igual de esa charca! Tan pronto como el león hundió su rostro en el agua … ‘el otro león’ desapareció’.

(lamentesesmaravillosa.com)

Ante esta tesitura, y pensando en las elecciones de mañana, que nos jugamos nuestro futuro, pensemos, reflexionemos, pero no buscando nuestro clónico que nos devuelva nuestra imagen reflejada; si no al ciudadano crítico que nos haga matizar nuestros postulados y nos haga flexibles para adoptar la refracción de todo el colectivo.

Solo así sumaremos.

Y yo creo que esta vez, el ‘voto útil’ es seguir confiando y apoyando a Carles Puigdemont, ex president de la Generalitat en el exilio, y a la lista de JuntsxCat ya que, hoy por hoy, representan la confrontación con el estado.

De todos modos, la victoria del conjunto de las listas independentistas, con sus diferentes matices y gradaciones pactistas, ‘pragmáticas’, como dicen unos, sería un gran paso para mostrar al estado que nuestro deseo no es un simple suflé.

Buena y fructífera jornada de reflexión.