CDMX– El conocimiento tradicional de las prácticas campesinas y la valoración de éstas por parte de los consumidores es esencial para conservar nuestra agrobiodiversidad. Por esta razón, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) en coordinación con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura(FAO) en México, y la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA-CDMX), realizaron el taller de inicio de implementación del proyecto de Agrobiodiversidad mexicana del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés).
El proyecto tiene como objetivo construir y fortalecer mecanismos que ayuden a conservar la agrobiodiversidad mexicana y los agroecosistemas tradicionales. Este taller tuvo la finalidad de presentar el proyecto a diversos actores, escuchar sus propuestas y dar a conocer a la coordinadora regional en la Ciudad de México.
A esta actividad, efectuada en el Centro de Educación Ambiental Acuexcómatl, que se ubica en la zona chinampera de Xochimilco, acudió un centenar de campesinos, cocineras, productores, académicos, representantes de organizaciones civiles y del gobierno local, quienes participaron en mesas de trabajo en las que hicieron sugerencias para operar los cuatro componentes del proyecto, que son: Gestión de la información y conocimiento, Fortalecimiento de capacidades locales, Mejoramiento de políticas públicas, así como Valoración de la agrobiodiversidad y vínculos con el mercado.
El director del proyecto de Agrobiodiversidad mexicana de la CONABIO, Vicente Arriaga Martínez, explicó que la importancia de conservar la agrobiodiversidad y los agroecosistemas tradicionales, radica en que México es una de las ocho regiones del mundo donde se originaron y se ha generado la diversidad genética de cultivos que hoy se distribuyen en todo el planeta, como son: el maíz, frijol, calabazas, chile, tomate verde y los magueyes.
Resaltó el papel de las familias campesinas en esta labor, porque son ellas quienes hacen posible que la población pueda comer sano y variado. Por lo anterior el proyecto contempla: contribuir a que las familias campesinas sigan cultivando una diversidad de plantas en distintos ambientes; fomentar a que usen, guarden y compartan semillas; impulsar a que el autoconsumo sea uno de los principales motores en la producción agrícola y promover que los campesinos obtengan múltiples beneficios, entre ellos, más ingresos.
Arriaga Martínez anunció que para la implementación de este proyecto en la Ciudad de México fue seleccionada como coordinadora regional Liza Covantes Torres, quien cuenta con amplia experiencia en políticas públicas y vinculación social.
Al acto inaugural de este taller asistió la Directora General de la Coordinación de Políticas y Cultura Ambiental de la SEDEMA, Leticia Gutiérrez Lorandi, quien señaló que la recuperación de los cultivos nativos en la Ciudad de México es uno de los ejes de trabajo prioritarios del programa Altépetl, a cargo de la Dirección General de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (DGCORENADR), ya que representan un patrimonio genético invaluable.
La funcionaria detalló que la superficie agrícola de la Ciudad de México es de alrededor del 35.6%, distribuida principalmente en seis de las dieciséis alcaldías que la conforman; de esta cifra solo el 53% de la tierra es potencialmente productiva, pero parte de ella está abandonada.
Así mismo subrayó la importancia de favorecer el consumo de productos locales, debido a que el 80% de los alimentos en este territorio proceden de otros estados o se importan, a pesar de que más de la mitad del territorio de la Ciudad de México es rural y forestal. Esto revela que los habitantes de la ciudad están desconectados del campo, por lo el proyecto intenta que el campo sea visto como parte integral de la ciudad.
Participaron también el Oficial de Programas de la FAO en México, Jonathan Martínez Cortés, el Director General del Sistema de Áreas Naturales Protegidas y Áreas de Valor Ambiental de la SEDEMA, Rafael Obregón Viloria, y el Director Ejecutivo de la Zona Patrimonio Mundial Natural y Cultural en Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta de la SEDEMA, Horacio Reza Soriano.
Los resultados de este taller se compartirán con las personas que asistieron y servirán como insumos para la elaboración del plan de trabajo del proyecto de Agrobiodiversidad mexicana en la Ciudad de México.