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‘También esto pasará’

Este título está copiado de un libro de Milena Busquets (edit. Anagrama, Barcelona, 2015); y en su epílogo explica la siguiente historia:

“Érase una vez en un lugar muy lejano, tal vez China, había un emperador poderosísimo y listo y compasivo, que un día reunió a todos los sabios del reino, a los filósofos, a los matemáticos, a los científicos, a los poetas, y les dijo: ‘Quiero una frase corta, que sirva en todas las circunstancias posibles, siempre’. Los sabios se retiraron y pasaron meses y meses pensando. Finalmente, regresaron y le dijeron al emperador. Ya tenemos la frase, es la siguiente: ‘También esto pasará’.

El dolor y la pena pasan, como pasan la euforia y la felicidad”.

Y me parece que dada la situación en la que estamos, que en realidad la pandemia ha agravado, ha acentuado y ha adelantado, pues ya estábamos abocados hacia lo que debería ser un fin de ciclo a nivel general, en los ámbitos político, económico, social, etc. Incluso alguno llegó a opinar que el siglo XXI empezará, realmente, el próximo 2021.

Todos necesitamos tener buenas perspectivas, tener un futuro si no ilusionante, si mínimamente esperanzador; y por eso estoy convencido, como señalaron los sabios chinos: ‘también esto pasará’

Asimismo, algunos ‘opinadores’ comentan que el incremento de fallecidos respecto al año anterior es causado por la pandemia, pero que, en gran medida, se han adelantado muchas muertes de personas mayores con patologías severas por lo que, con toda seguridad, el año próximo habrá menos muertes, y que, contemplando el ciclo con mayor extensión, el incremento que sufrimos ahora, se irá diluyendo, y apenas será un pequeño repunte demográfico.

No sé si será así, o si será como con la mal llamada gripe española de 1918, que, según estimaciones (también hay mucha discrepancia sobre las cifras), causó entre 50 y 100 millones de muertes en todo el mundo, en poco más de once meses, entre los años 1918-1919.

A nivel agregado general, y según la UNESCO, en 1910 la población mundial aumentó en 1,75 miles de millones, en 1920 en 1,86 y en 1930 en 2,07; pero ya sabemos que la población asiática condiciona totalmente esa evolución.

Y respecto a la población española:

En 1910 había 19.995.191 habitantes, con una tasa de crecimiento de 7,16 (por mil habitantes), entre 1901 y 1910.

En 1920 la población era de 21.389.589, y esa tasa entre 1911 y 1920 bajó al 6,76.

En 1930, la población 23.677.497, y esa tasa entre 1921 y 1930, subió al 10,21.

Y esa tasa bajó a 9,46 y al 7,81 en las décadas siguientes.

Por lo que el menor incremento en la década de 1911-1920, podría ser debido a la pandemia, y el menor incremento a partir de 1930, por la guerra incivil; pues, en ambos períodos, la cantidad de nacimientos debía compensar, asimismo, el mayor incremento de muertos.

Es importante la información demográfica agregada global, pero sin olvidar que además de los datos cuantitativos, es preciso considerar el cualitativo, y en esas décadas citadas, las guerras (a nivel internacional, la Primera Guerra Mundial, de 1914 a 1918; que no afectó a España, que permaneció neutral; o la guerra incivil española, de 1936-39, evidentemente deterioraron la economía y la calidad de la vida de los respectivos habitantes.

Y si bien son importantes las grandes cifras, no tenemos que olvidar que detrás de cada cifra hay personas, detrás de los ratios sobre los fallecidos por el covid-19, hay unas desgracias personales y familiares; pero, intentando ser algo menos pesimista, me parece interesante citar a Mario Benedetti (Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia) (1920-2009), en concreto su siguiente poesía:

‘Cuando la tormenta pase…

Cuando la tormenta pase

Y se amansen los caminos

y seamos sobrevivientes

de un naufragio colectivo.

Con el corazón lloroso

y el destino bendecido

nos sentiremos dichosos

tan sólo por estar vivos.

Y le daremos un abrazo

al primer desconocido

y alabaremos la suerte

de conservar un amigo.

Y entonces recordaremos

todo aquello que perdimos

y de una vez aprenderemos

todo lo que no aprendimos.

Ya no tendremos envidia

pues todos habrán sufrido.

Ya no tendremos desidia

Seremos más compasivos.

Valdrá más lo que es de todos

Que lo jamás conseguido

Seremos más generosos

Y mucho más comprometidos.

Entenderemos lo frágil

que significa estar vivos

Sudaremos empatía

por quien está y quien se ha ido.

Extrañaremos al viejo

que pedía un peso en el mercado,

que no supimos su nombre

y siempre estuvo am tu lado.

Y quizás el viejo pobre

era tu Dios disfrazado.

Nunca preguntaste el nombre

porque estabas apurado.

Y todo será un milagro

Y todo será un legado

Y se respetará la vida,

la vida que hemos ganado.

Cuando la tormenta pase

te pido Dios, apenado,

que nos devuelvas mejores,

como nos habías soñado.

En este momento de pesimismo, pues no veo la luz al final del túnel, y no es que haya una curva, sino que nos falta muchísimo para superar este negro período, he recogido esta poesía que está circulando por las redes sociales, como un elemento de ‘autoayuda’, pues mucha gente necesita este tipo de muletas.

Yo soy más pesimista, y sólo creo que, como cantó Jimmy Fontana en su canción ‘il mondo’ (1965), cuya letra, de Gianni Boncompagni, tiene el siguiente estribillo: ‘Gira el mundo, gira en el espacio infinito’, y si no podemos bajar, como pedía Mafalda, deberemos intentar seguir manteniendo un mínimo de ilusiones, pues la realidad futura, con toda seguridad, será menos libre.

No pretendo volver al famoso ‘Resistiré’ del Dúo Dinámico (y letra de Carlos Toro Montoro), pues ya quedé saturado de tanto: ‘Cuando me amenace la locura / Cuando en mi moneda salga la cruz / Cuando el diablo pase la factura….’

Ni falsos optimismos, ni mentiras piadosas o tranquilizadoras, queremos sinceridad, no mensajes infantilizados, como esta mañana Oriol Junqueras, desde la prisión de Lledoners, diciendo que la Generalitat tomas las medidas que días o semanas después nos copian otras comunidades y países europeos. Cuando, tomando el ejemplo más claro y puntual de ahora mismo, muchos países están o aplicarán el confinamiento total o casi total; y aquí, ya de entrada, ni es posible legalmente, dentro del marco aprobado del estado de alarma; y a pesar de eso, ERC lo apoyó. Y el ministro de sanidad, rechaza totalmente el segundo confinamiento.

Es evidente que la economía española es débil y mal gestionada e interesadamente dirigida, y, con lo que queda, es imposible compensar a los trabajadores y empresarios que pierden su trabajo o negocio.

Y la alternativa que ha adoptado el gobierno central, aún teniendo unos peores ratios, mucho más graves que la media europea, y aún así, no aplicar el confinamiento, ahora, de entrada, es una muestra de esa debilidad, a pesar de que salgan haciendo grandes manifestaciones.

En el escrito de ayer ya comenté que el Dr. Daniel Prieto-Alhambra, viendo la situación española, era partidario del inmediato confinamiento y después irlo suavizando, pero con una desescalada bien hecha, no como la del verano, que se fue reduciendo la duración de las fases finales, incluso una duró un día; todo eran carreras para salvar la campaña estival, y ‘robar’ los turistas extranjeros a las comunidades autónomas vecinas.

Ese confinamiento cortaría, de cuajo, la contaminación, y, por lo tanto, los ingresados en hospitales, después en las UCI y, finalmente, una minoría fallecidos.

Yo estoy convencido que psicológicamente, también es más positivo hacer un camino que empiece por lo más duro, cuando todavía se tienen fuerzas, y acabar con uno más llano, cuando las fuerzas son las justas, pero se tiene el premio a la llegada a la meta; por el contrario, si después de hacer el maratón, en lugar de un premio, tenemos el confinamiento, la moral lo acusará.

Y, repitiéndome con anteriores escritos, considero que necesitamos políticos o científicos que nos digan, sinceramente, lo que hacen, que nos lo expliquen, con los pros y contras.

Y para esto es preciso un cambio de liderazgos, empezando ya mañana sustituyendo a Trump por Biden, que, aunque tampoco es nada especial y, en realidad, es más de lo mismo; pero, al menos, el estilo cambiará y el nivel de agresividad bajará, que ya es mucho.

Igualmente, aquí en Catalunya, pues el gran cotilleo que ha comportado la última instrucción de la guardia civil contra los independentistas, encarcelando casi a una decena, durante dos días, y después puestos en libertad sin limitaciones ni medidas cautelares; pero, como digo, el citado informe de Daniel Baena, en lugar de limitarse a los hechos puntuales, supuestamente, según él, delictivos, incluyó la transcripción de cientos de horas de conversaciones privadas, y no sólo las efectuadas por teléfonos intervenidos, si no, también, con micrófonos en coches particulares, y salas de reuniones. Y en estas conversaciones, se incluyen comentarios desde jocosos hasta ácidamente críticos contra compañeros del propio partido, o de otros partidos independentistas.

Sociológicamente, tienen una utilidad para mostrarnos las miserias y los ínfimos niveles intelectuales de muchos de esos comentarios, pues permiten conocer la inconsistencia de algunas medidas adoptadas. Pero, incluso esto, no tiene relevancia política, ya que son personajes de un segundo o tercer nivel, no han ocupado puestos ejecutivos.

Pero en la prensa amarilla, todo sirve para desprestigiar al independentismo.

Cuando, lo que debería comportar, es una sanción, la enésima que pido, para el fabulador ‘Baena’, ya que debería haber sido extremadamente cuidadoso en su informe. Pero, como lo que hace es introducirlo todo, y después investigar si puede estirar algún hilo… En fin, estamos en un estado que, contra el independentismo, todo vale, hasta la justicia penal preventiva.

Pero ese Matrix, ni Neo ni Morfeo lo desmontarán, aquí lo tenemos acorazado y blindado y, encima, compran más tanques y aviones militares, para seguir con sus juegos. Y sabemos que ‘también esto pasará’, pero los catalanes ya llevamos más de 300 años, desde 1714, sometidos, y seguimos viendo que en realidad no cambia nada, sólo el maquillaje.

Por eso, debemos ser más activos, como dijo Carles Puigdemont, desde el exilio, debemos buscar la confrontación democrática e inteligente; sólo así podremos avanzar (y sin la ayuda de los 10.000 soldados rusos, je, je).

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com