Imagogenia
@mar_naa
La tecnología se ha convertido en un aliado para muchos, son el asistente virtual más eficiente, el buscador más completo, el centro comercial más vasto, el centro de entretenimiento familiar favorito, la forma más conveniente de conexión social y más; y ahora con el proceso de pandemia que estamos viviendo, nos hemos recargado casi absolutamente en estas herramientas para sortear los obstáculos que se nos han presentado. Sin embargo, no todo es perfecto en el ámbito tecnológico y, ciertamente, debemos poner atención a los alcances que pueden tener estas herramientas.
Y es que, en días pasados el asistente virtual controlado por voz creado por la marca Amazon, conocido como Alexa, puso en peligro la vida de una niña de 10 años en Estados Unidos pues el altavoz inteligente le pidió enchufar “… un cargador de teléfono hasta la mitad en un tomacorriente de pared” para que después tocara “con un centavo las clavijas expuestas». La madre de la niña expuso en Twitter la situación señalando que habían estado haciendo algunos desafíos pues el clima no les permitía salir, por lo que cuando la niña le pidió otro reto a Alexa y sugirió este, la mamá, que se encontraba en el lugar, limitó la actividad.
Por su parte, Amazon emitió un comunicado en el que señalaba que había realizado una actualización a su asistente a fin de evitar que recomendara dicha actividad, ya que la confianza del cliente es el centro de lo que hacen. Queda claro que, en este caso, la imagen de la empresa y la reputación de su asistente se pusieron en jaque pues este puso en peligro la vida de uno de sus usuarios; es decir, este hecho evidenció que si bien la tecnología es una excelente herramienta de apoyo para algunas tareas, sigue sin contar con la posibilidad de discernir entre aquello que es apto y aquello que no. A pesar de que Amazon cambió su configuración, retos como el que tomó de internet Alexa seguirán existiendo pues, este reto viene del “outlet challenge” un reto que nació de la aplicación Tik Tok.
Queda claro que los padres deben estar atentos al contenido al que tienen acceso sus hijos, pues en redes sociales lo que se publica es extremadamente diverso y las mismas redes no han podido controlar lo que circula en sus plataformas; sin embargo, el problema es aún más grande de lo que pensamos, pues asistentes como Alexa, Siri, Google Assistant y otros, recopilan información personal como: consultas, lecturas, hábitos, inclinación política, gustos y más lo cuál, a diferencia de lo que predica Amazon no genera confianza en el usuario por el contrario y esto sin duda repercute no sólo en la imagen de las marcas, sino en la reputación general de la tecnología y sus alcances. Nada menos en noviembre pasado, un reportero de Reuters publicó un dossier en el que reveló que Amazon había recopilado más de 90 mil grabaciones con su asistente Alexa de diciembre de 2017 a junio de 2021, lo que sin duda implica una invasión a la privacidad.
Al final, las empresas de tecnología tienen el enorme reto de moderar sus plataformas a fin de defender la privacidad que, aunque parezca mentira, es uno de los activos más preciados que tenemos hoy en día como seres humanos, sobretodo después de la apertura social que implicó la existencia de las redes sociales digitales.
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