La emergencia sanitaria mundial, mostró la vulnerabilidad de los centros de atención médica en el mundo, para reaccionar a tal situación como lo ha sido el COVID-19. Sin embargo, como en otras ocasiones, la humanidad ha hecho lo mejor para salir adelante.
En el entorno de estas situaciones, se activa la tecnología como apoyo para enfrentar a la enfermedad. Así, que la telemedicina, como legalmente se le conoce y comúnmente “video consulta medica”, aporta a la atención de millones de personas en el mundo.
En los principios de esta practica tecnológica para la salud, se pensaba en pacientes de bajos recursos y aislados de las ciudades. La telemedicina se veía como solución para un sector sin conectividad.
Hoy en día, no hablamos de conectividad, sino de hiperconectividad donde miles de millones de personas, tienen acceso a la tecnología, con lo cual la telemedicina se vuelve accesible para cualquier persona en el mundo.
En el caso de México, las “video consultas médicas” crecen en está pandemia de forma espontánea. El medico se conecta a través de whatsapp, facetime, video llamada y busca la mejor forma de atender a sus pacientes.
Sí bien, ahora los médicos tanto los de nueva generación, como aquellos con experiencia ya interactúan con herramientas más especializadas para conectarse. Estos sistemas ya pueden llevar un seguimiento al historial clínico, visualizar estudios, control de medicamentos, consultas colaborativas, entre otros aspectos.
Siendo objetivos, la “video consulta medica”, no sustituye a la visita al consultorio; pero como todo avance, se ha convertido en un complemento y una herramienta más, tanto para el médico como para el paciente. Está pandemia lo ha demostrado sin lugar a dudas.
Hasta el momento, al parecer no ha sido un tema de agenda directa por nuestras autoridades sanitarias o, legislación, pero es una realidad en la salud pública.
La Organización Mundial de la Salud, define. La telemedicina, es la práctica de la atención médica con la ayuda de comunicaciones interactivas de sonido, imágenes y datos; ello incluye la prestación de asistencia médica, la consulta, el diagnóstico y el tratamiento, así como la enseñanza y la transferencia de datos médicos.
Vacunación y seguimiento de telemedicina.
La esperanza mundial es la aplicación de las vacunas que permitirán tener una mejor resistencia al COVID-19.
La inquietud en nuestro país, son dos principalmente: abasto de vacunas y organización para su aplicación. Por lo pronto, ya se cumplió la aplicación a adultos mayores y este mes de mayo, tocará a maestros y a personas entre los cincuenta y cincuenta y nueve años de edad.
Aplicar la “telemedicina”, para el seguimiento de las personas vacunadas potencializaría los resultados. Por ejemplo, de forma inmediata pasaríamos de una acción correctiva a preventiva con inmediatez, un seguimiento más exacto en cuanto historial clínico y, solo por mencionar, el ahorro en traslados innecesarios.
Hasta el momento, no se ha destacado ningún gobierno en el tema de la “video consulta medica”, todo ha quedado a nivel de la conectividad macro; esto es, interconectar hospitales, clínicas de gobierno para apoyo a los servicios de salud e intercambio de información.
Call to Action.
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