Hoy hemos visto la película de la que he tomado el título de este escrito, y que originalmente es ‘Everything Everywhere All at Once’, película dirigida por Dan Kwan y Daniel Scheinert, que recientemente obtuvo 7 Óscar.
Sinceramente, no me ha gustado nada, de los 140’ me han sobrado 139’. Para mí ha sido una película excesiva, un abuso extremo del metaverso, tan en boga.
El metaverso, un concepto de mundo virtual, al que se conectan utilizando diversos dispositivos, que hacen pensar que estamos en esa ‘realidad’, interactuando con otros elementos teletransportados.
Es evidente que soy mayor, y que quizás a la juventud le guste este tipo de películas de ciencia ficción, y de ‘arte’. Pero, para mí, mezclar cuatro ideas filosóficas, con la problemática de la diferencia generacional y con el disgusto de la situación actual, realmente me parece un discurso gratuito.
Pero me ha servido como metáfora, para aplicarlo a la situación actual del conflicto España / Catalunya.
Y efectivamente, la realidad actual tampoco me gusta nada, sólo hace falta centrarse en el boicot del gobierno de Pedro Sánchez a la comisión europarlamentaria para investigar el uso del sistema de espionaje a los líderes independentistas catalanes, mediante el Pegasus; o, también el caso de acoso y derribo del FCB, el club de fútbol Barcelona que, afortunadamente, ayer pudo vencer al Real Madrid (2 – 1).
Es triste y penoso que Pedro Sánchez no considere necesario ni justificada la investigación del Catalangate (mediante SU Pegasus), y sí que considere imprescindible personarse en la investigación contra el Barça, contra Jan (Joan) Laporta, su presidente, por representar el espíritu independentista y ‘cruyfista’, es decir, por reflejar la esencia catalana.
También es penoso que Pere Aragonès, president de la Generalitat, se preste a presentarse a la comisión europarlamentaria, por ser espiado, pero, claro, sin argumentos sólidos, ya que acto seguido apoyó los presupuestos generales de Pedro Sánchez, y vota, acríticamente, todo lo que éste presenta en las cortes.
En la película mencionada, el motivo es la visita de una inspectora de hacienda (Jamie Lee Curtis); y esa ‘idea’ me parece que refleja, a la perfección, la persecución del estado español que sentimos los catalanes, expoliados por un déficit fiscal inasumible.
Los directores de esa película comentan que se inspiraron en las películas de ‘Matrix’ (dirigida por las hermanas Lilly y Lana Wachowski, 1999) y ‘El club de la lucha’ (dirigida por David Fincher, también del 1999), y ese espíritu luchador es el que nos falta a todos nosotros, a los independentistas catalanes, pues, en realidad, estamos desmotivados, desmovilizados, ‘desbravados’.
Matrix hace referencia a temas filosóficos, culturales y religiosos: mitología griega (Oracle, Neo, Morfeo, Perséfone, etc.), a la literatura (Alicia en el país de las maravillas), al cristianismo (el Escogido, Trinity (la Trinidad), Cifra, etc.), al budismo (la metáfora del espejo, el niño budista, el karma, etc.), centra el tema de la realidad y la libertad.
Y en éstas estamos, ante un estado que impone unos fundamentos míticos basados en la unidad de SU España, SU ‘unidad de destino en lo universal’ de José Ortega y Gasset (1883 – 1955), adoptado por la falange. Ortega, en su ‘La rebelión de las masas’ (1929) defendió la unidad, ‘no por lo que fuimos ayer, sino por lo que vamos a hacer mañana’. Pero claro, vemos que lo que hacen sigue siendo lo de siempre, más de lo mismo. Ir en contra de los ‘herejes’ catalanes, vascos y gallegos, es decir, contra los diferentes, que no asumimos la ‘tábula rasa’ del castellanismo, pues, en contra de lo que defendió el filósofo John Locke (1632 – 1704), no nacemos como un libro en blanco, tenemos nuestra historia.
Ortega defendió el argumento de que ‘yo soy yo y mis circunstancias’, es decir, que no todo depende de nosotros, que no somos responsables de todo, pues influyen las circunstancias externas.
Y en estas circunstancias se excusan muchos independentistas para quedarse en el sofá de sus casas.
Otras frases del filósofo fueron: ‘dime cómo te diviertes y te diré quién eres’, ‘el malvado descansa algunas veces; el necio jamás’; ‘el mayor crimen está ahora, no en los que matan, sino en los que no matan, pero dejan matar’; ‘mientras que el tigre no puede dejar de ser tigre, no puede destigrarse, el hombre vive en riesgo permanente de deshumanizarse’; etc.
Así, muchos independentistas catalanes, siguen en su Matrix, en su ciencia ficción, dejando matar (ajusticiar), sin descansar, como el mejor necio, y destigrándose y deshumanizándose.
Por todo esto, si queremos ser realistas, debemos abandonar esa locura ficticia y descontrolada que nos quieren imponer, debemos superar la desmesura del estado, y no confiar en la sanación a causa de la bondad por la obediencia.
En definitiva, lo racional es no dejarnos engañar más por el humo del estado español, emitido y dirigido por Felipe VI y sus secuaces, como Pedro Sánchez, Manuel Marchena, etc.
Y, evidentemente, independizarnos. No hay otra.