Esa frase de Mateo 4,8-9 podemos observarla en nuestra cotidianidad, pues vemos que, en esta fase de precampaña electoral, los distintos partidos nos muestran sus maravillosos prodigios que alcanzaremos, si nos postramos sumisos ante ellos, y les ofrecemos nuestro voto.
Después, con ese voto, harán lo que quieran, ya hemos visto los pactos antinatura en diferentes ayuntamientos catalanes, siendo el de Barcelona la guinda del pastel, pues hemos constatado que los Comunes/Podemos, de Ada Colau, no han tenido escrúpulos para votar con el PP, para imposibilitar la victoria del más votado, Xavier Trías (Junts); y eso es una muestra más de que el estado español, les ofrece más seguridad en sus privilegios, y los Colau’s no han tenido manías para postrarse, claro.
Sabemos que los políticos ‘profesionales’, en general, tienen la capacidad de efectuar discursos a favor y en contra de determinada cosa o acción, al mismo tiempo; y que, con su verborrea, disfrazan su ‘donde dije digo, ahora digo Diego’, y claro, esa postura es muy habitual, pues ‘en todas partes cuecen habas’, como dice el refranero.
Incluso el primer refrán entró en el BOE, en la página 25540, en el anexo, puesto número de orden 46, corrigiendo una demarcación de costas, respecto al técnico de proyecto de obras, código 4406382, en los datos del adjudicatario, en la columna ‘Nombre’, refleja: ‘donde dice ‘digo’, debe decir: ‘Diego’. Pero este caso se trata de una mera rectificación formal, no lo que he comentado anteriormente que hacen de forma habitual los políticos, como, por ejemplo, Collboni y Colau, que afirmaron que nunca pactarían con el PP, y ya se ha visto, que ahora dicen que no han pactado, que sólo han tenido sus votos, sin más, como hace cuatro años con Valls.
En ese sentido, Pedro Sánchez, el pasado 19, en un mitin de 31’ antes sus parlamentarios, criticó la ‘absoluta desproporción de medios conservadores, que le deshumanizan (…) cualquier analista objetivo puede constatar un hecho indiscutible, hay una desproporción en medios conservadores (…) hay un desequilibrio a favor de las opciones conservadoras que nada tiene que ver con la opción sociológica en España (…) hay una desprotección de voces progresistas (…) y esta situación es comparable con el trumpismo’.
Pues bien, efectivamente es así, pero si Pedro Sánchez fuese objetivo, debería reconocer, asimismo, que:
- su gobierno ha continuado subvencionando a esos medios, pues, tradicionalmente, le beneficiaban, o no le perjudicaban;
- que, en todos los medios, incluida TVE, que depende de su gobierno, hay una desprotección de los independentistas catalanes, pues somos atacados constantemente;
- que ni él ni su gobierno, tampoco reconocen la realidad sociológica catalana; y
- todo eso, claramente, también es trumpismo.
Y ese desprecio lo vemos en todos los medios en general, como oímos ayer en RAC1, que en el programa de Toni Clapés, criticó a los que nos manifestamos en la avenida Meridiana, riéndose de que somos unos pocos viejos, que nos manifestamos en uno de los lugares con más polución de Barcelona. Claro, no debemos olvidar que esta cadena es del Conde de Godó…
Y volviendo con Pedro Sánchez, es vergonzoso ver que ahora ha llenado su agenda con visitas a todos los medios de mayor audiencia, prescindiendo de su ideología: Carlos Alsina, Wyoming, Sandra Sabatés, Jordi Évole, Pablo Motos, etc.
Todos esos políticos prepotentes y cantiflanescos (sin menospreciar, en absoluto a ese gran actor que fue Fortino Mario Alfonso Moreno Reyes, 1911 – 1993), nos tratan a todos los ciudadanos de forma infantilizante, pues ayer vimos que el partido de Ada Colau (Comunes / Podemos), para ‘limpiarse la cara’ por haber pactado con el PP y PSC/PSOE, informó que su partido incluía el derecho a decidir y el referéndum, en su programa para las elecciones del 23 de julio. Así, Aina Vidal, primera de la candidatura de los Comunes por Barcelona, dijo: ‘En el referéndum estamos donde hemos estado siempre. Catalunya ha de votar su futuro. Formará parte de nuestro programa electoral’.
Pero, inmediatamente, Sumar, el partido de Yolanda Díaz (al que está incorporado el partido de Colau), que ya había declinado opinar sobre este asunto, contestó ‘que no acepta la propuesta de referéndum de los comunes y que si hay una consulta, sólo podrá ser sobre el hipotético resultado de la mesa de diálogo, que se había de reunir cada mes, pero que está actualmente paralizada (…) el programa de Sumar en Común Podemos no existe, el que existe es el de Sumar’.
Colau, por su parte, ha comentado hoy que ‘una cosa es estar integrados en Sumar y otra que los comunes continúan siendo los comunes (…) y que están orgullosos de haber aportado soluciones, y ha recordado los indultos a los presos políticos y la reforma de la sedición, que han sido posibles gracias a los comunes’.
Cuantas mentiras, cuanto ‘donde dije digo, ahora digo Diego’, pero a la mayoría no nos engañan, pues hemos visto, claramente, todas las gestiones y manipulaciones de Colau y su partido, para frenar el independentismo en Barcelona y en Catalunya, en general. Un claro ejemplo de ‘problemólogos’ y no de ‘solucionólogos’, siguiendo con la cita de Mafalda, del escrito de ayer.
El antropólogo y catedrático de la Universidad de Barcelona, Manuel Delgado, militante comunista próximo a la Cup, ha manifestado:
‘He encontrado más odio antiindependentista, incluso anticatalán, entre los comunes que en gente del PP y de Ciudadanos (…) viven con el fantasma de la famosa burguesía catalana. Hubiesen votado con Vox, lo han hecho con el PP, lo que está claro es que nada les hace asco (…) Trías será la burguesía, pero el PP es el franquismo y entre los nacionales y los nacionalistas, los comunes han preferido los nacionales’.
(Jordi Martí, el nacional.cat, 18 de junio)
Por todo esto, me parece muy interesante y clarificador reproducir el tuit de hoy (23) del president Carles Puigdemont, en el exilio:
‘De la lluvia de millones a la lluvia ácida. El estado español ha anunciado muchas veces una ‘lluvia de millones’ que nunca hemos recibido. La verdad es que mientras iban prometiendo inversiones, el Estado ya había decidido descargar una persistente lluvia ácida sobre Catalunya, con la intención de disolver la nación empezando por la lengua y continuando por la cohesión social.
Este es el objetivo, no tienen otro. Les importa un rábano si los catalanes tenemos los servicios y las inversiones que nos merecemos o si nuestros recursos se van para no volver nunca más. La prosperidad y el bienestar de los catalanes no figuran en las prioridades reales de ningún partido español. Lo han demostrado cuando han gobernado: la izquierda es exactamente igual de disolvente que la derecha, y por esto se ayudan mutuamente, como hemos vuelto a ver en Barcelona.
En este contexto, si ellos han decidido ser lluvia ácida para Catalunya, Catalunya no puede ser la lluvia balsámica de la política española. Quien pretenda estabilizar cualquier Gobierno español, estará contribuyendo, como se ha demostrado, a la disolución de la nación; de manera más explícita o al estilo de la rana hervida, pero disolución, al final. Las evidencias acumuladas durante décadas (y siglos) confirman que no existe ninguna vía constitucional española que permita la supervivencia de Catalunya. Ni bajo dictaduras ni bajo democracias presididas por la monarquía heredera de la dictadura’.
Evidentemente, la situación actual es muy compleja, vemos que el estado español sigue guerreando, que no pierde baza, como mostró el juez Pablo Llarena, emitiendo una orden de busca y captura contra Clara Ponsatí; cualquier motivo para marcar paquete españolista, lo aprovechan, pues tienen. Y controlan todos los resortes del poder.
Por eso los independentistas confiamos, únicamente, en la justicia externa. Esperamos la sentencia del TGUE, del próximo día 5, sobre la inmunidad de los europarlamentarios independentistas; y si no nos satisface, dicha sentencia será recurrida al TJUE, no tenemos otra.
Pero no nos callarán.
Gonzalo Boye, el pasado 16 de junio, en un artículo titulado ‘Guardar silencio y reflexionar’ (elnacional.cat), tras señalar que en el reino español se habían saltado todas las líneas rojas, que separan las democracias de los totalitarismos, evidenció que en este estado falta cultura democrática. También se refirió a ‘los guardianes de las esencias del independentismo’, que le habían criticado por su tesis contraria al abstencionismo (que considera tirarse un tiro al pie). Por eso, apuntó que ‘parece evidente que me he equivocado pensando que todo el independentismo, sin excepción, buscaba una construcción de pañis y que éste fuese democrático’, ‘ha costado mucho desvincular independentismo de nacionalismo, que no son lo mismo’.
Por todo eso, Boye justificó que dejaría de escribir en los medios catalanes, como hace tiempo había dejado los medios españoles, y se dedicará ‘a reflexionar, guardar silencio -que no, dejarme silenciar- (…) ‘por mi parte, antes de hacer un paso al lado, acabaré mi trabajo, que por esto soy un profesional, pero dejando claro mi parecer: primero, que no pasemos de oprimidos a opresores y, segundo, ojalá que todos vayan a votar y que voten lo que consideren, incluso a nadie’.
Realmente, la situación es muy compleja, y todos somos cainitas, por eso me parecen muy afortunados los siguientes pensamientos del citado Cantinflas:
‘Me gustaría ser pobre durante un día …porque esto de ser pobre todos los días, es un abuso…’
‘¡Ahí está el detalle! Que no es ni lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario’.
‘Y como decía Napoleón: El que parte y reparte, le toca su Bonaparte’.
‘Hay momentos en la vida que son verdaderamente momentáneos’.
‘No sospecho de nadie, pero desconfío de todos’.
‘Estamos en guerra porque ya estamos. ¿Por qué razones?, ustedes me dirán. Y yo les contestaré: razones fundamentales que todo conglomerado debe entender y son tres: la primera, la segunda y la tercera. ¿Qué cosas verdad? Pues así es’.
Para finalizar este escrito, me parece interesante recordar que hoy, 23, los catalanes celebramos la verbena de Sant Joan, una fiesta de la totalidad de los Países Catalanes; y, entre los actos simbólicos, tenemos la tradición de la ‘flama (llama) del Canigó’, para celebrar el solsticio de verano. Así, en la cima de la montaña del Canigó se renueva el fuego que recorre todo el país, para encender las hogueras, simbolizando la persistencia y la vitalidad de la cultura catalana (en recuerdo al poema ‘Canigó’ de Jacint Verdaguer i Santaló (1845 – 1902).
Y muchos confiamos que ese simbolismo acabará siendo una realidad, que ese fuego regenerador nos iluminará y guiará hacia la independencia. No hay otra alternativa para evitar la lluvia ácida española; así que, no nos dejemos engañar por los que, gustosamente, están postrados ante ese corrupto estado.
Con este escrito concluyo esta fase de rollos diarios, pues las vacaciones comportan otras obligaciones personales y familiares; si bien, de forma puntual y en la medida que pueda y tenga conexión, seguiré comentando algún tema relevante.
A todos los pacientes lectores y a los editores responsables de este medio, les agradezco su paciencia, y les deseo muy buenas vacaciones.
Hasta septiembre, un abrazo.