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Tras la muerte de Navalni, cinismo elevado a la enésima potencia

La lectura de los periódicos de hoy, así como los telediarios, son una muestra más del enorme cinismo que nos invade, como intento argumentar a continuación.

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Es vergonzoso ver que ahora, tras la muerte / asesinato del disidente ruso Aleksei Anatólievitx Navalni (1876 – 16 de febrero del 2024), todos los medios de difusión occidentales hacen un alarde informativo, con numerosos comentarios y opiniones. Y claro, ese gran despliegue, que en algunos medios llega a ocupar hasta la mitad de los documentos en cuestión, tiene un trasfondo utilitarista, que no es otro que atacar a Vladímir Putin, considerado el satánico líder actual.

Y así, vemos que Joe Biden y los principales líderes de la UE consideran a Putin el responsable de ese asesinato.

Y eso no es más que una muestra más de su cinismo, de su desvergüenza y de su descarada obscenidad.

Es asqueroso ver que esos ‘líderes’ utilizan esa muerte para sus fines partidistas, y olvidan su lado oscuro, pues nadie se acuerda de Julián Assange, de las torturas de las bases americanas en Guantánamo (Cuba) y de la isla de Diego García (archipiélago de Chagos, en el Océano Índico), por citar unos ejemplos.

Y en esa misma línea, hemos visto a ‘líderes’ españoles, como Pedro Sánchez (PSOE), olvidando que aquí tienen presos de conciencia, como indiqué en mi escrito de ayer, citando al rapero Pablo Hàsel (Pau Rivadulla i Duró), que ayer cumplió tres años de prisión por unos emails y tuits considerados, por el poder, como apología del terrorismo.

Expertos opinadores de la política rusa, consideran que la muerte de Navalni no se ajusta a la lógica del gobierno de Putin, ya que los días 14 y 15 de marzo próximo se efectuarán las elecciones presidenciales en ese país, por lo que su muerte, en plena precampaña, no es, precisamente, oportuna.

A mi modo de ver, por encima de la oportunidad política, predomina el instinto de venganza, y eso lo explica todo, pues precisamente, los instintos, por su irracionalidad, no siguen ninguna lógica ni racionalidad.

Por eso, si bien una primera argumentación podría ser que esa muerte, podría retrasar el envío de Assange a los EUA, ya que, incluso si la corte judicial del Reino Unido acaba accediendo a la extradición, la solicitud de su traslado, en este momento, podría ser inapropiado políticamente.

Pero, como he dicho, la venganza está por encima de todo razonamiento, por lo que creo que tan pronto como el RU de el visto bueno, el traslado de Assange será inmediato, y morirá indignamente en una prisión de castigo de alta seguridad.

Por lo tanto, si Putin es responsable de la muerte de Navalni, Biden tampoco tiene las manos limpias, todos son iguales. Igual que los líderes de la UE, culpables de miles de muertos en el Mar Mediterráneo y de la reclusión de miles de inmigrantes en campos de concentración. Y, claro, Pedro Sánchez, por tener a Hàsel en prisión.

Y esos son unos meros ejemplos, pues la realidad es mucho más sangrante, especialmente si ampliamos el angular y contemplamos todos los continentes.

Pero la irresponsabilidad no acaba con los políticos, pues los medios de comunicación subvencionados o no, son igualmente culpables; pero, claro, cuando muera Assange, veremos idéntico despliegue informativo, si bien, hasta ese momento, el silencio es mayúsculo.

Es muy fácil y demagógico apuntarse a las campañas de ‘je suis Charlie Hebdo’ o, ahora, que todos se consideran pro Navalni; pero, en la realidad, tras esa foto oportunista, seguir con la política represiva habitual.

Y nadie pide responsabilidades por los cientos de presos torturados en Guantánamo y que después de años han sido liberados por ser inocentes, como Murat Kumaz, que pasó 1663 días en esa base, acusado injustamente de terrorismo; igual que otros 500 inocentes torturados y finalmente liberados por ser considerados inocentes. Según fuentes de AI, el 95% de esos presos eran inocentes y el 5% restante pequeños delincuentes. Y, claro, otros han muerto por las torturas, siendo incidentes. Pero, claro, esos ‘líderes’ consideran que ‘el fin justifica los medios’.

Assange lleva retenido desde el año 2010, por cumplir éticamente con su responsabilidad de informar, y Hàsel, lleva 3 años por denunciar malas praxis institucionales.

Los políticos en cuestión muestran su irresponsabilidad, su falta de ética, pues siguen durmiendo tranquilamente en sus poltronas y gozando de todos los privilegios; en lugar de aplicarse para modificar las leyes que permiten esos atropellos.

Y nosotros, los electores, estamos en esa misma obscena línea, por seguir votándoles, pues preferimos dormir tranquilos, pensando que el trabajo sucio lo hace otro.

Por todo ello, me parece didáctica la siguiente fábula:

La guapa de Canizales

La bruja está muy contenta porque el Ogro la ha llamado y tiene una cita con él.

Se viste con sus mejores ropas y va de camino a la cita y se va encontrando con diferentes amigos.

Ella, muy emocionada, les comenta que tiene una cita con el Ogro, y los amigos le van dando consejos para que se vea ‘más guapa’.

Así, la bruja va cambiando, su nariz, su pelo, su mentón, según le van aconsejando.

Pero cuando llega a su cita con el Ogro, éste no la reconoce y le dice que no le engañe, que él está esperando a la bruja, y la deja plantada.

La bruja se mira en el espejo y se horroriza al verse, ya que no se reconoce y vuelve a ser ella misma y tiene una cita perfecta con el Ogro’

(https://lamamafaelquepot.com)

Pues, eso, todos hacemos como esa bruja, queremos gustar a los ogros, por malos que sean, pero, claro, son poderosos.

Y así, esperaremos, hasta que llegue el día de llenar páginas por la muerte de Assange, etc. y, en ese momento, nos sentiremos compungidos, durante unos minutos, hasta que cualquier mosca nos distraiga.

No tenemos perdón, ni remedio.