Tras las elecciones vascas, todos contentos, como buenos tontos.

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Es habitual que, una vez escrutados los resultados de las elecciones, todos los partidos hagan lecturas positivas, acríticas, y eso lo hemos visto, por enésima vez, tras las elecciones vascas de ayer, domingo 21. Y sobre el particular, seguidamente trato este tema.

Es sabido que ‘la victoria tiene muchos padres, la derrota, ninguno, es huérfana’, como sentenció Napoleón Bonaparte (1769 – 1821), reproduciendo un pensamiento de los filósofos clásicos. Y ese es un mecanismo muy habitual en el comportamiento humano, pues nadie quiere ser asociado con un fracaso, por lo que quiere atribuirse una fracción del éxito.

Y eso lo hemos vuelto a ver una vez se ha conocido el escrutinio de las elecciones vascas, en las que nadie, ningún partido, quiere responsabilizarse de los malos resultados.

  • Así, EH Bildu, que ha obtenido 27 escaños, 6 más que en el 2020; ha obtenido el 32,5% de los votos, inferior al 35,2% del PNV; es decir, no ha conseguido dar el ‘sorpasso’.
  • El PNV, ha perdido 4 escaños, quedando empatado con EH Bildu, con 27 escaños.
  • El PSE/PSOE ha ganado 2 escaños, pero con sus 12 diputados, sigue siendo minoritario.
  • El PP ha ganado 1 escaño, pasando a tener 7, más minoritario que el PSOE.
  • Podemos tenía 6 diputados y se ha quedado sin ninguno.
  • Y Sumar, que se formó de Podemos, ha obtenido 1 diputado.
  • Vox ha mantenido el diputado que tenía.

Está claro que nadie puede estar satisfecho, pero, como vemos, todos están exultantes. Y me parece que deberían requerir el cese de sus responsables, como:

  • de Sumar, que no suma (ha obtenido, apenas, el 3,3% de los votos);
  • de Podemos, que no puede, pues ha desaparecido del mapa;
  • y es vergonzoso oír que Imanol Pradales (PNV) diga que ‘los vascos han confiado de manera mayoritaria en su proyecto’, cuando les ha votado el 35,2%;
  • de Pello Otxandiano (EH Bildu), que tenía como lema de campaña: ‘Aldaketa da orain’ (el cambio es ahora), y que, tras los resultados, diga: ‘El siguiente parlamento vasco será el más abertzale y soberanista de la historia, y habrá una mayoría de izquierdas’;
  • de Eneko Andueza (PSE/PSOE): ‘El voto al PSE es un voto útil y responderemos a los miles de vascos con políticas que se alejen de mitos y aventuras’ (y que eso lo diga con un 14,2% de los votos);
  • y que Javier de Andrés (PP): ‘Hemos subido en porcentaje, votos y escaños, estamos aquí para parar toda intención de ruptura en Euskadi con el resto de España’ (representando, únicamente, al 9,2% de los votantes)

Es verdad que entre el PNV y EH Bildu, han alcanzado 54 escaños, siendo la mayoría absoluta 38; pero, como sabemos, si bien ambos son abertzales, jeltzales (simpatizantes del nacionalismo vasco) los primeros son nacionalistas vascos y los segundos son independentistas; y la experiencia de la última legislatura catalana, con un 52% independentista, nos ha mostrado que, con esos mimbres (Junts y ERC), difícilmente se conseguirán hacer buenos cestos, pues siempre priman los personalismos, por encima de las ideologías.

Isabel Allende (n. 1942) escribió: ‘entre nosotros el pesimismo es de bueno tono, se supone que solo los tontos andan contentos’. Y el psiquiatra Luis Rojas Marcos (n. 1943) dijo que ‘el optimismo está mal visto y el que está contento parece tonto’.

Pero, como vemos, en el momento de valorar los resultados electorales, las tornas se han invertido, y todos asumen, acríticamente, el papel de tonto (que a algunos ya les viene de natural), y así nos va, pues esa forma de valorar los hechos, no deja de ser más que un insulto a la inteligencia de sus respectivos votantes.

Y aceptamos esta situación, ya que los que se comportan como tontos, son felices con mayor facilidad, pues, según Mauricio Wiesenthal (n. 1943), ‘sólo los tontos, los irresponsables o los aprovechados están contentos con su época’. Y, claro, siendo benévolos, podemos considerar que los diferentes ‘líderes’ políticos, son unos aprovechados, ya que no son tontos, más bien, nos tratan como tontos a todos nosotros.

Y, a mi modo de ver, esta situación que vivimos, en gran parte, genera una contracultura, que comporta la desmotivación, especialmente entre los jóvenes.

Por eso, precisamos recuperar el derecho a disentir, a criticar la respuesta de los pseudo líderes que tenemos. Nadie se salva por su fe, ni por su ideología, si no por sus obras, por sus hechos.

Y para ello, debemos distanciarnos de esos personajes que, como Oriol Junqueras, con su lógica ilógica, desde el 2014 nos repite su mantra de que ‘separados se suma más’.

Mònica Planas Callol, en su escrito de ayer, titulado ‘El hilo de Chiharu Shiota’, explica la siguiente fábula oriental:

‘La historia de un hombre muy viejo que vive en la Luna. Cada noche viaja hasta la Tierra con una misión que determinará nuestras vidas. El anciano conecta almas a través de un hilo rojo infinito. Las personas que queden ligadas por este hilo resultarán importantes una con otra. El viejo hace un nudo al dedo pequeño de la mano de cada persona con este hilo rojo. Es invisible a nuestros ojos, pero nos marcará el destino y hará que coincidamos. No sabemos cómo ni cuando, ni dónde, ni durante cuanto tiempo. El hilo es inacabable, y se puede estirar hasta la otra parte del mundo, se puede tensar, enredarse o contraerse. Pero no se romperá nunca. Y aun que aquellas personas continúen por caminos muy diferentes, el hilo rojo del destino les habrá unido para siempre’.

(Ara, 21 de abril del 2024)

La citada Mònica Planas efectúa esta introducción para comentar la exposición de la artista japonesa Chiharu Shiota en la Fundació Tapies de Barcelona, una instalación que está formada por un hilo rojo, que debes seguir durante todo el recorrido, y que, como un circuito sanguíneo, se va complicando, poco a poco.

Pues bien, me gustaría confiar que todos los independentistas que coincidimos el 1 de octubre del 2017, y fuimos a votar y defender los colegios electorales, estemos ligados por ese mágico hilo rojo, que, ahora puede parecernos que está aflojado, pero, no roto. Y, confío que la magia de ese hilo, nos vuelva a aproximar, prescindiendo de los supuestos líderes y partidos que, hoy por hoy, ya no nos aportan nada en absoluto, por más que se autofeliciten por ‘sus’ falsos éxitos.

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