CIUDAD JUÁREZ, México (AP) — Una combinación familiar de frustración, paciencia y determinación se propagó entre migrantes en la frontera norte de México que esperan entrar a Estados Unidos mientras se enfrentan a la realidad de que los límites al asilo de la época de la pandemia permanecerán vigentes por el momento.
Un optimismo cauteloso para una apertura inmediata había prevalecido después de que un juez ordenara en noviembre que una norma de salud pública conocida como Título 42 terminara el 21 de diciembre. Pero la Corte Suprema federal aniquiló el martes esas esperanzas con 5 votos a favor y 4 en contra para escuchar argumentos sobre la política en febrero y mantenerla vigente hasta que tomen una decisión.
Cristian Alexis Albert, de 26 años, dijo que regresar a Honduras con su esposa y su hija de 5 años no era una opción después de sufrir dos secuestros, hambre y dormir en las calles en un viaje de cuatro meses a Ciudad Juárez, frontera con El Paso, Texas.
Albert, quien quiere unirse a familia en Estados Unidos y ya fue expulsado a México bajo el Título 42, dijo que la decisión de la Corte Suprema era de alguna forma dolorosa, pero estaba determinado a esperar otra oportunidad.
Es probable que el fallo del martes mantenga vigente al Título 42 por al menos varios meses, pero no es la última palabra. La corte entonces revisará si los 19 estados que desafían la política tienen el derecho de intervenir en la demanda.
Tanto el gobierno federal como defensores de la inmigración han argumentado que los estados esperaron demasiado tiempo e, incluso de no haberlo hecho, no tienen suficiente posición para intervenir.
Bajo el Título 42, a los migrantes se les ha negado el derecho de pedir asilo en Estados Unidos 2,5 millones de veces desde marzo de 2020 bajo el argumento de evitar la propagación del COVID-19.
Ángeles Colmenares, de 23 años, dijo estar un poco sorprendida por el fallo del tribunal y tenía esperanzas de estar en Estados Unidos para las festividades de invierno, pero agregó que estaba determinada a esperar. Dejó sus estudios en finanzas públicas porque ya no veía futuro en Venezuela. Unos 7 millones de venezolanos han huido del país desde 2014.