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Truco o trato – susto o muerte

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

En general, la población vamos afrontando las crisis que se van planteando en todos los ámbitos (económico, sanitario, pandémico, bélico, energético, alimenticio, escasez de agua, elevación de las temperaturas, etc.), de la mejor forma posible, si bien, claro, muchísimos van quedando por el camino de forma irremediable; pero no ‘pasa nada’ y lo asumimos, si las muertes y las penurias no nos afectan directa y personalmente.

En el reino español sufrimos todas esas crisis de modo más agravado, dado su déficit democrático, su deficiencia económica, etc.; y así, bajo la aparente ‘tranquilidad’, en realidad, bajo la moqueta, se esconden todo tipo de monstruos. Como señalé en un escrito anterior, vemos la punta del iceberg, que apenas es una novena parte de la masa global.

Ahora, tras la convocatoria de elecciones generales anticipadas para el 23 de julio, observamos que, a pesar de los comentarios publicitarios explícitos efectuados por Pedro Sánchez, como que ‘ha entendido el mensaje de las elecciones del pasado domingo’, y que ‘lo más democrático es que decida la ciudadanía’, en realidad, los objetivos de Pedro Sánchez, como señalé, son: evitarse el viacrucis crítico que le esperaba hasta diciembre; atar y frenar la crítica interna del propio PSOE, que no tendrá tiempo ni para organizar unas primarias; gestionar el relato desde la Moncloa, evitando que predominen los problemas locales; etc.

Y dada esta situación, ese relato desde la Moncloa, es uno y claro, que señalé en mi escrito de ayer: ‘si tu na vas, ellos vuelven’; así, Pedro Sánchez se presenta como representante de la democracia, frente al retroceso social que representan la derecha y la extrema derecha.

Y vemos que ese mensaje ya ha calado, pues este mediodía (martes 30), el president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha dicho que debemos acudir todos a las urnas, para evitar un gobierno del PP / Vox, que pondrían en peligro nuestra lengua, nuestra educación, etc. Y eso es verdad, pero no debe ser el único anzuelo.

Así, nos hacen caer en la trampa del abrazo del oso Pedro Sánchez, pues, efectivamente, Sánchez nos hace elegir entre ‘truco o trato’ (trick-or-treat) o ‘susto o muerte’; ese es su juego malabar, ya que él se presenta como la ‘golosina’ ante el susto, o ante la muerte.

Pedro Sánchez se presenta como el rey de la democracia, ante la muerte de la misma. Pero sabemos que ni todos los vivos están vivos, ni todos los muertos están muertos. No todos los aparentemente demócratas lo son, y no todos los franquistas están muertos. Todo forma parte del gran puzzle.

Pero, claro, si Pedro Sánchez fuese un verdadero demócrata, habría respetado el sentir y voluntad de los independentistas catalanes; pero no, considera que esa voluntad no es válida, ya que no está amparada por la ‘constitución que nos dimos entre todos’.

Para Sánchez, evidentemente, hay una clara diferencia, entre los ‘problemas’ que le afectan o pueden afectarle personalmente, y los que son ‘problemas de estado’, que sólo un estadista se atrevería a abordar.

Y entre ambos problemas, hay una delgada línea roja, que está claro que Pedro Sánchez nunca traspasará, ya que no tiene ni el coraje, ni los conocimientos ni, la ética y moral, requeridos.

Y así actuamos todos, ya que nos mantenemos en nuestro margen de confort, e intentamos que no nos los amenacen.

Un ejemplo de ese sentido de conformismo, lo tuve ayer (29/5) por la noche, viendo el programa de ‘Més 324’ (TV3), en el cuál, el periodista y director del programa, Xavier Graset, entrevistó a Juana Dolores Romero Casanova (n.1992), una actriz y escritora catalana, ganadora de la 56 edición del premio Amadeu Oller de poesía, por su obra ‘Bijuteria’. Pues bien, yo no conocía a esa autora, ni de referencias, pero la entrevista me dejó clavado en el sofá de casa.

La entrevista tenía por objetivo hablar del nuevo libro de Juana Dolores, titulado ‘Réquiem Català: I si una nació desfilant per una catifa vermella’ (Réquiem catalán: Y si una nación desfilando por una alfombra roja), (Ediciones Poncianes; marzo 2023)

Pero la escritora dijo que si bien ser entrevistada en ese programa, para ella era un gran premio, un regalo, se mostró enfadada por haber sido pospuesta esa entrevista, prevista, inicialmente para la semana anterior. Pero, según Graset, por intereses informativos, debió priorizar los temas políticos. Dolores no aceptó ese comentario, y dijo que ahora, tras las elecciones, le parecía más importante e interesante hablar de política, muy a pesar suyo. Y empezó criticando e insultando a Xavier Trias, el candidato de Junts que había ganado las elecciones, al que trató de viejo; criticó a Graset, por entrevistar siempre a tertulianos e invitados propicios al sistema, criticó a la corporación de radio y televisión catalana, por su estructura represora de la disidencia de verdad, a pesar de que los medios públicos los pagamos entre todos; criticó al gobierno de la Generalitat, por su falta de pluralidad ideológica; en fin, que no dejó títere con cabeza.

El periodista intentó intervenir, pidiendo que no insultara, que invitaban a todo tipo de pensamientos y, al final, le convenció para que leyera uno de sus poemas. Seguro que fue la entrevista más difícil, de los 1501 programas que ya lleva realizados, pues la entrevistada, con una dialéctica fácil, rápida e incisiva, defendiendo su ideología feminista y ecológica, apenas dejaba resquicios para intervenir.

El libro que ‘tenía’ que comentar, según la siguiente reseña:

‘Este libro es un artefacto político y artístico. Un réquiem, una misa para difuntos donde Juana Dolores invoca la nación catalana y, al mismo tiempo, la interpreta. Por eso, con un estilo y un lenguaje radicalmente femenino, nacional y popular, ha conjurado ‘contra el viejo mundo que murió, contra el nuevo mundo que no apareció, contra los monstruos que en este claroscuro surgen en forma de poetas, líderes y amantes, que han renunciado al sentido de la identidad. Y han poetizado, liderado, amado este país, apócrifamente’. Así como en toda su obra, Juana Dolores idea y crea a partir de la tensión entre la ideología y la belleza.

Está formado por textos poéticos de un réquiem que ha musicado Marc Migó para el Cor Canta (el corazón canta), por un texto literario de la autora que sitúa la gestación del texto, por un epílogo del compositor y por un bloc final de 21 creaciones fotográficas realizadas por el fotógrafo Román Yñán y la artista Rosa Tharrats, colaboradores habituales del director de cine Albert Serra.

Las creaciones fotográficas se han realizado en puntos simbólicos de Catalunya con una escenografía y vestuario muy trabajados.

Un libro que no dejará indiferente a ningún catalán’

(www.claret.cat)

El poema que leyó la autora es el siguiente, que he traducido del catalán, y reproducido en forma de prosa, para no alargarme excesivamente, ya que la autora lo escribió con una forma estética, estableciendo los versos de una forma irregular (muchas líneas son simples palabras), y manteniendo las comas puestas por la autora:

‘Poetas, líderes, amantes

Nosotros poetas, líderes, amantes estamos entre las ruinas de una fiesta en palacio con el orgullo herido de todos los hombres de este mundo huérfanos de anfitriones dignos de su patria cobardes defensores sin lenguaje por qué han renunciado al sentido de la identidad nosotros poetas, líderes, amantes hemos malversado espada y escudo nombre de estrellas Historia no conservamos nada más que serpentinas y confeti algunos versos algunos discursos alguna promesa de amor estamos a tiempo de jurar y de besar en este país? Nosotros poetas, líderes, amantes hemos traicionado todas las criaturas y nos maldicen nos ignoran nos olvidan lejos un brindis por victorias pre-vanguardistas nosotros poetas, líderes, amantes hemos fracasado siglo tras siglo en el destino de todos los negocios diamantinos nosotros poetas, líderes, amantes apócrifamente hemos poetizado liderado amado este país.

oh! este país! Tierra de tierras pueblo de pueblos desgraciado por falta de valores sentimentales cosas bonitas.

a reivindicar desde paisajes soberanos

bailes y músicas resuenan todavía festejando el corazón herido de todas las mujeres de este mundo’

Efectivamente, esta entrevista, y este poema son realmente rompedores, y me recordó el cuento ‘El cambio radical’ de Ernest Hemingway (1899 – 1961). Un cuento en el que desarrolla el tema del lesbianismo, como si fuera un iceberg metafórico.

‘El cambio radical:

Está bien -dijo el hombre- ¿Qué decidiste?

No -dijo la muchacha-. No puedo.

¿Querrás decir que no quieres?

No puedo. Eso es lo que quiero decir.

No quieres.

Bueno -dijo ellas-. Arregla las cosas como quieras.

No arreglo las cosas como quiero, pero ¡por Dios que me gustaría hacerlo!

Lo hiciste durante mucho tiempo.

(…)

¡La voy a matar! Dijo él.

Por favor, no lo hagas -dijo ella.

(…)

Lo voy a hacer. ¡Te juro por Dios que lo voy a hacer!

No te va a hacer feliz.

¿No podías haber caído en otra cosa? ¿No te podrías haber metido en un lío de otra naturaleza?

Parece que no -dijo la joven. ¿Qué vas a hacer ahora?

Ya te lo he dicho.

No; quiero decir, ¿qué vas a hacer realmente?

No sé -dijo él.

(…)

¿No te hace ningún bien saber que lo lamento?

No.

¿Ni decirte cómo?

Prefiero no saberlo.

Te quiero mucho.

Sí; y esto lo prueba.

Lo siento -dijo ella; si no lo entiendes …

Lo entiendo. Esto es lo malo. Lo entiendo.

¿Sí? -preguntó ella. ¿Y eso lo hace peor?

Es claro -la miró. Lo entenderé siempre. Todos los días y todas las noches. Especialmente por la noche. Lo entenderé. No tienes necesidad de preocuparte.

Lo siento…

Si fuera un hombre …

No digas eso. No podría ser un hombre. Tú lo sabes. ¿No tienes confianza en mí?

¡Confiar en ti! Es gracioso. ¡Confiar en ti! Es realmente gracioso.

Lo lamento. Parece que eso es todo lo que pudiera decir. Pero cuando nos entendemos, no vale la pena pretender que hacemos lo contrario.

No, supongo que no.

Volveré, si quieres.

No, no quiero.

(…)

¿No crees que te quiero, no es cierto?, preguntó la joven.

No hablemos de tonterías.

Realmente, ¿no crees que te quiero?

¿Por qué no lo pruebas?

Haces mal en hablar así. Nunca me pediste que probara nada. No eres cortés.

Eres una mujer extraña.

Tú no. Eres un hombre magnífico y me destroza el corazón irme y dejarte…

Tienes que hacerlo, por supuesto.

Sí -dijo ella. Tengo que hacerlo, y tú lo sabes.

(…)

¿Puedes perdonarme? ¿Cuándo lo supiste?, le preguntó la muchacha.

No.

¿No crees que las cosas que tuvimos y que hicimos pueden influir en nuestra comprensión?

‘El vicio es un monstruo de tan horrible semblante’, dijo el joven con amargura…

No digamos vicio. Eso no es m uy cortés.

Perversión -dijo él.

(…)

Creo que sería mejor que no emplearas palabras como esa -dijo la muchacha. No hay ninguna necesidad de decirlas.

¿Cómo quieres que lo llame?

No tienes necesidad de ponerle nombre.

Así se llama.

No -dijo ella. Estamos hechos de toda clase de cosas. Deberías saberlo. Tú usaste muchas veces esa frase.

No tienes necesidad de decirlo ahora.

Lo digo porque así te lo vas a explicar mejor.

Está bien -dijo él. Está bien.

Dices que eso está muy mal. Lo sé; está muy mal. Pero volveré. Te he dicho que volveré. Y volveré en seguida.

No; no lo harás.

Volveré.

No lo harás. A mí, por lo menos.

Ya lo verás.

Sí -dijo él. Eso es lo infernal, que probablemente quieras volver.

Por supuesto que lo voy a hacer.

Ándate, entonces.

(…)

¿Quieres que me vaya?, preguntó ella con seriedad.

Sí -dijo él duramente. En seguida. Ahora.

(‘The Sea Change’, The Quaerter, París, 1931, también publicado bajo el título ‘el mar cambia’)

Efectivamente, ambos poemas reflejan nuestra incomprensión de los otros, de los diferentes, de los que no piensan según nuestra mentalidad carpetovetónica, cuadriculada.

Y claro, los unionistas españoles están bunquerizados en sus ‘principios fundamentales’ franquistas: ‘todo atado y bien atado’. Y palo al mono, al diferente, y más, si es un independentista catalán.

Y dado que nunca cambiarán, ya que el ADN del estado español está férreamente auto protegido, sólo nos queda protestar e intentar alcanzar la independencia, utilizando para ello todas las fuerzas pacíficas y democráticas. Sabemos que las formas quizás no gustarán a muchos. Como las formas de Joana Dolores, pueden parecernos duras y maleducadas, pero, claro, eso es así, ya que las vemos desde el confort de nuestro sofá ideológico.

Tiene razón Joana Dolores, el decir que el mundo actual está dirigido por hombres viejos, como señaló con Xavier Trías (76 años); y como vemos con Joe Biden (80 años), Xi Jinping (69 años), Vladimir Putin (70 años); el papa Francisco (86 años), etc.

En Catalunya, en la pirámide de edades a final del 2022, vemos que los mayores de 65 años representamos el 25,33% de la población; y esa capa poblacional es la que posee un mejor estatus económico (relativo), y, en realidad, ya tenemos nuestra vida hecha y solucionada. Pero deberíamos dejar que el futuro lo decidieran los jóvenes.

En Catalunya, la población entre 15 y 49 años, representan el 42,53 %; y la franja de 50 a 64 años el 23,05 %. El total de ambas franjas es 65,58%. Y esa es la franja que debería estar en pleno apogeo para definir su futuro, sin dejarse ‘conformar’ por el futuro que les queremos imponer el 25,33% de los viejos.

Históricamente, las generaciones jóvenes discrepan de las mayores, como en mi época juvenil, los melenudos, los hippies, eran mal vistos por nuestros padres. Siempre se ha de ser rupturista, para avanzar.

Por eso, no debemos dejarnos llevar por las formas de las críticas; las formas de Juana Dolores quizás podían no gustar a los mayores, pero hemos de atender al fondo del mensaje, un mensaje feminista, en un mundo dominado por hombres viejos, que despreciamos, en general, que, en la pirámide poblacional utilizada, las mujeres sean el 51 %.

Y claro, imponer una visión machista, como la del citado cuento de Hemingway, difícilmente estará en sintonía con la visión feminista; y menos, claro, si esa visión está sesgada por la edad, y, por lo tanto, mantenida por una capa de viejos, como yo.

En definitiva, que tenemos mucho trabajo, sobre todo, saber ser prudentes, quedarnos en un segundo nivel, hacer un paso al lado. Pues, como dijo Solón (630 a.C. – 550 a.C.): ‘Procura instruirte mientras vivas, no creas que la vejez trae consigo la razón’

De todos modos, como dice un refrán africano anónimo: ‘Una persona no envejece cuando se le arruga la piel, sino cuando se le arrugan los sueños y las esperanzas’ y sabemos que ‘la edad no es una barrera, es una limitación que ponemos en nuestra mente’. Pero, claro, nuestros sueños y esperanzas han de ser para perseguirlos e intentar conseguirlos nosotros personalmente, sin intentar influir en la sociedad, que, forzosamente, debe seguir el ritmo que marque la juventud.

Podemos aconsejar, cuando se nos pida, pues tenemos una larga experiencia, y ya hemos superado muchos malabarismos truculentos de ‘truco o trato’ o ‘susto y muerte’; pero ahí debe limitarse nuestra ‘influencia’ social. Pero, eso sí, una función primordial nuestra es la de mantener la memoria colectiva, que, obviamente, debería ser del máximo interés, especialmente en tiempos de desmemoria interesada por parte de todos los poderes.