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Tsunami de deshonestidad

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Es sabido que en la sociedad actual falta sinceridad, honestidad y honorabilidad, ya que, en un entorno altamente competitivo, prevalece justo lo contrario, el engaño, la falsedad y la hipocresía.

Así, no nos ha de extrañar que la mayor parte de nuestros políticos, periodistas y medios de comunicación actúen siguiendo sus propios intereses económicos; y, claro, nosotros mismos también seguimos ese patrón, ya que así no desentonamos y nos es más fácil ir sobreviviendo.

Es curioso recordar que la palabra ‘máscara’ en griego, está formada por el ‘pros’ (delante’ y ‘opos’ (cara), o sea, delante de la cara. De esa misma palabra viene ‘prosopopeya’, figura estilística consistente en retratar un personaje describiendo sus facciones y por extensión el resto de la persona.

Y la palabra ‘persona’ deriva del latín y ésta del etrusco ‘phersu’, y determinaba la máscara del actor, el personaje teatral. En griego, ‘prósopon’, indicaba delante de la cara.

Posteriormente, se entendía que ‘sin cera’ era la persona que iba sin la máscara de cera.

(fuente: Wikipedia)

Pues bien, como vemos, en nuestra sociedad seguimos con las pertinentes máscaras, cada uno nos ponemos la más ‘oportuna’, de acuerdo con la ‘función’ que pretendemos representar en cada momento dado. Y, así, es difícil que nos acabemos entendiendo, pues todos efectuamos nuestras interpretaciones de los otros de acuerdo con su prosopopeya.

Pero siempre hay excepciones, claro. Una fábula china, que he explicado en un par de ocasiones, refleja la vida de un sabio anciano, consejero muy valorado por el rey y, claro, envidiado por todos los cortesanos. Al morir y preparar su cuerpo para ser incinerado, uno de los cortesanos, sorprendido, observó que el sabio llevaba una máscara. Gritando de alegría, llamó a todos, para que vieran la falsedad del fallecido. Pero, cuál fue su sorpresa, al ver que, al quitarle la máscara, la cara real, era exactamente igual que la máscara. No había ninguna impostura.

Pero lo habitual, como explicó Esopo (siglo VII a.C.) en su fábula:

‘La zorra y el leñador

Unos cazadores perseguían a una pequeña zorra que, asustada, llegó corriendo hasta una zona del bosque en donde trabajaba un leñador. La zorra, al verlo, le pidió ayuda: por favor, leñador, escóndeme en tu cabaña, me persiguen unos cazadores. ¿Puedes ayudarme?

Claro que sí, dijo asombrado el leñador, y abrió la puerta de su cabaña, para que la zorra pudiera entrar.

Entonces llegaron los cazadores, y, al ver al leñador, le preguntaron: Perdonas usted, buen hombre … ¿no habrá visto por casualidad un zorro corriendo por aquí?

Y el leñador contestó: ¿un zorro? Pues no, la verdad. Sin embargo, mientras decía esto, señalaba con la mano a su cabaña, indicando con gestos a los cazadores que se encontraba allí.

Pero los cazadores no entendieron muy bien qué quería decir con la mano, así que continuaron su camino y se alejaron, mientras que la zorra, que lo había visto todo a través de una rendija, salió de la cabaña y se puso a andar en la dirección contraria a la que habían tomado los cazadores.

¡Eh, zorra!, dijo entonces el leñador ¿no me vas a dar las gracias por haberte ayudado?

La zorra, un tanto apenada, se dio la vuelta y le contestó: Si tus manos hubieran obedecido a tus palabras, te las daría’

(https://tucuentofavorito.com)

La experiencia nos ha enseñado a desconfiar, tenemos demasiados ejemplos, y, por citar tres recientes:

Agustí Colomines, en su artículo ‘Remor de sabres a Esquerra’ (rumor de sables a ERC) (elnacional.cat, 2 de octubre del 2023), apunta la debilidad del president de la Generalitat, Pere Aragonès, al observar que Oriol Junqueras, presidente de ERC, no asistió ni un minuto al debate de política general de Aragonès, prefirió asistir a la sesión de investidura en el congreso, y, efectuar declaraciones en la puerta de los leones, mostrando que Madrid es su prioridad; evidenciándose, así, la disonancia entre Aragonès y Junqueras. Asimismo, Colominas apunta que Junqueras está obsesionado trabajando por una amnistía que dificulte el retorno de Puigdemont, y, a la vez, le favorezca a él, para poder enfrentarse y desbancar a Aragonès, en las próximas elecciones.

Como vemos, muy educativo, sincero y honesto, el proceder de ese personaje, que hace años declaraba que ‘el junquerismo es amor’, pero, claro, no completaba la frase, pues ahora lo vemos, se refería a amor a sí mismo.

Otro ejemplo lo tenemos con la cineasta Isabel Coixet, que tampoco nos engaña, pues desde hace años ha ido haciendo declaraciones unionistas. Y está en su pleno derecho, es evidente, y lo aceptamos, pues somos demócratas. Pero no así sus declaraciones del 2020, firmando un manifiesto pidiendo ‘el final de la mala gestión política del gobierno catalán’ y ‘sus declaraciones insolidarias e irresponsables en la crisis del coronavirus’.

Parece claro que la gestión de Isabel Díaz Ayuso (del PP madrileño) le parece correcta, cuando todas las informaciones objetivas muestran que hizo una gestión mafiosa del coronavirus, comportando una mayor mortalidad de las personas mayores, que no eran atendidas en las primeras fases.

Y la desvergüenza de hoy, en una entrevista a El Mundo (claro) refiriéndose a Carles Puigdemont como ‘el fugado de la justicia española’, y que ‘vive en el sur de Francia para desconectar de la política catalana por supervivencia’, y que está consternada pues ‘un pirado (Puigdemont) que vive en Waterloo tenga en sus manos el futuro de España’.

Un personaje así, como vemos, no tiene dos caras, su propia personalidad ya lo llena todo, y, claro, es servil, pues sólo busca las subvenciones españolas, es una renegada. Y me sabe mal que en el 2006 le concedieran la Creu de Sant Jordi, que yo le retiraría, no se la merece.

Un tercer ejemplo, lo tenemos en el militar menorquín Luis Alejandre Sintes (n. 1941), teniente general del ejército español en la reserva, que llegó a ser jefe del estado mayor del ejército de tierra durante los años 2003 y 2004.

Mi familia es menorquina; y yo hice el servicio militar obligatorio en Menorca, y, casualmente, tuve a ese militar como capitán de la compañía en la que estuve inscrito.

Ese joven capitán, proveniente de la brigada de paracaidistas, me pareció y nos pareció a todos, un aire fresco, de renovación castrense, ya que, incluso, recuerdo que se juntaba con los soldados, y, tocando la guitarra, cantaba canciones de folk; también recuerdo que quería elevar el nivel cultural de la tropa, y organizó sesiones voluntarias, en las que algunos participamos, yo, por ejemplo, di unas charlas hablando de la historia del cine.

Pero, la realidad es otra, ya que tiene varias páginas negras en su historial, como fue la gestión de la repatriación de las víctimas militares en el siniestro del Yakolev 42, y, en medio de las críticas a los ministros de defensa Federico Trillo y José Bono, fue destituido y se la abrió un expediente, que fue cerrado en el 2006.

Y ese militar, según pude leer anteayer:

‘El general Luis Alejandre publica una columna en La Razón (cómo no), hablando de venganzas. Cita a Putin, a Kim Jong-un, a Xi Jinping, y, claro, cita a Catalunya, cuarto eslabón de ese eje del mal. ‘Los españoles hemos de estar agradecidos por el soporte europeo a separatismos que quieren romper nuestra cohesión’ (…) ‘las iniciativas para romper España no son más que la punta de un iceberg para romper Europa, cuando vamos conociendo lo que hicieron para incentivar el Brexit’. Y, entonces, en el último párrafo, es cuando el militar empuña la bayoneta y deja caer: ‘O reaccionamos entorno de nuestro Rey y nuestra Constitución, o vamos directos, envueltos en el caos, a nuestro Brexit particular. Putin lo aplaudirá. Es su venganza’.

De un general se esperan instrucciones precisas, si no se quiere acabar como el ejército de Pancho Villa, así que el exmilitar ha de detallar exactamente a qué se refiere cuando habla de ‘reaccionar entorno de nuestro Rey’. ¿Quiere decir saltarse el gobierno que emane de la aritmética parlamentaria? ¿significa instar al monarca a imponer su rol como comandante supremo del ejército? ¿no desprende un tufo de golpismo esta proposición, por más que la tapó con las fragancias de la inconcreción?

Otras veces, Alejandre fue más explícito, como cuando firmó un manifiesto con 700 militares más, en el que se pedía respeto para el ‘militar Franco’. No es poca cosa, para quién fue (fugaz) jefe del estado mayor del ejército de tierra. Justo en la época, por cierto, en la que se produjo el desastre del Iak-42, con 75 personas a bordo. ‘Los militares no organizamos viajes de novios a Cancún’ o ‘hay familiares que sólo quieren conseguir dinero y humillar al ejército’, son algunas de las frases que je atribuyó el socialista José Bono.

Vaya obsesión con las venganzas’

(Àlex Gutiérrez, ‘Què demana exactament, ‘mi general’? ¿Qué pide exactamente, mi general?, Ara, 30 de setiembre del 2023)

Luis Alejandre, ejerció de capitán general de la Regió militar Pirinenca (2000 – 2003), y por su ascendencia menorquina, debería conocer y tener una cierta sensibilidad por el tema catalán, máxime al haber estudiado ciencias políticas. Es una persona ilustrada, en 2006 publicó ‘La guerra de la Conchinchina, cuando los españoles conquistaron Vietnam’, un libro que compré, en su momento.

Es evidente que nunca, y nunca es nunca, acabaremos de conocer a los otros, pues no nos acabamos de conocer ni nosotros mismos, y éste debería ser el principal objetivo, como dijo Sócrates (470 a.C. – 399 a.C.).

Por eso, debemos ser muy cautos, y no creernos todos los cuentos ni cantos de sirenas.

Esta es la sociedad que tenemos, muy compleja, como todas, claro, ni más, ni menos.

Ayer, en el acto convocado en la Plaza de Catalunya, para recordar el 1 de octubre del 2017, organizado por el Consell de la República, y las principales organizaciones civiles, vimos que una gran parte de los asistentes silbó a Xavier Antich, dirigente de Òmnium, cuando defendió la amnistía.

Hoy, Vicent Partal, en su editorial de Vilaweb, siguiendo a Puigdemont, señala que ‘el perfeccionismo nunca lo conseguiremos’. Y, más adelante, Partal recuerda que ‘Unamuno, aquella bestia vasca pero profundamente española, hace décadas que explicó que a los levantinos nos pierde la estética (…) Unamuno contestó así a Joan Maragall, refiriéndose como levantinos al viejo Principado, que deja pasar todas las oportunidades, una tras otra, perdidos en la estética’

Partal señala que ‘es cierto, sería bueno que fuésemos más prácticos y fuésemos de cara a la barraca’

Y esa sería nuestra principal labor, dejarnos de discusiones fratricidas entre los independentistas, superando la búsqueda de la estética que comporta la utópica perfección.

Así, sería positivo que realizásemos ejercicios de meditación, de focusing (focalización), mindfulness o lo que nos venga bien a cada uno. (En otro momento explicaré un poco las diferencias entre esas terapias, pues este escrito ya es excesivamente largo).

Quizás, así, podremos superar las diferencias, ya que todos somos necesarios si queremos finalizar lo que empezamos el 2017.

Únicamente abandonando el tsunami de deshonestidad que nos invade, podremos volver a recuperar la ilusión que tuvimos hasta el 2017; después, cuando seamos independientes, que cada partido muestre como quiere ser; pero ahora NO TOCA.