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Paradójicamente, la mencionada expresión ‘todo en el estado, nada fuera del estado, nada en contra del estado’, pronunciada por el fascista Benito Amilcare Andrea Mussolini (1883 – 1945), en su discurso del 1925 en Milán, para celebrar el tercer aniversario de la marcha hacia Roma, de forma implícita y explícita, se sigue imponiendo en las teóricas democracias actuales, como intento explicar seguidamente.
Etimológicamente, el término paradoja, del griego ‘paradóxa’, expresaba ‘lo contrario a la opinión común’, si bien, en la actualidad, expresa ‘una afirmación o situación que parece absurda en un principio, contrario a la lógica, pero que puede ser cierta o tener sentido tras una reflexión más profunda’.
Así, podemos ver que gran cantidad de decisiones de Donald Trump, paradójicamente, son muy próximas al fascismo, en el sentido más extremo, ya que, en definitiva, considera que el estado es ‘él’, como lo reflejan:
- Sus decisiones contra el sistema judicial, y desobedeciendo sus decisiones, por ejemplo, y seguir deportando a personas que considera ilegales o, incluso, terroristas;
- Otro ejemplo fueron las exigencias a la Universidad de Harvard, la más antigua y prestigiosa de los EUA, por estimar que sus programas docentes están contaminados ideológicamente, por su laxitud ante mensajes antisemitas, de diversidad e inclusión, etc.
Pero, esa pandemia fascistoide, desgraciadamente, está muy generalizada, ya que, en el reino español, también tenemos deplorables ejemplos, como:
- El desacatamiento del poder judicial de la ley de la amnistía, a la que imponen todo tipo de cortocircuitos muy próximos a la prevaricación; ya que, por más que ideológicamente sientan una íntima aversión a la aplicación legal de esa ley, su razón de ser, como meros funcionarios, debería ser la diligencia en su correcto desarrollo y aplicación.
- Otro ejemplo, que sigue siendo habitual, es el descubrimiento de policías infiltrados en movimientos sociales, básicamente independentistas; y ante las críticas, el infumable ministro de interior, Fernando Grande-Marlaska, sigue defendiendo y justificando como legales y adecuadas; y, claro, los paniaguados Salvador Illa y su portavoz Silvia Paneque, consideran que están de acuerdo con los protocolos legales.
Asimismo, las medidas que están elaborando la UE y los diferentes estados miembros, para elevar el gasto militar, en detrimento (aunque digan lo contrario) de afrontar los servicios sociales que, progresivamente requieren presupuestos mayores, son otra muestra ‘paradójica’ de la mencionada expresión de Mussolini, pues vemos que los irresponsables representantes del reino español, por ejemplo, aplican todo tipo de limitaciones y restricciones a la inmigración, o exprimen los protocolos sanitarios hasta estresarlos (y a los pacientes, ya no digamos, pues nunca habíamos sufrido tantas demoras para ser atendidos), o endeudándose a cuenta de las futuras generaciones; y todo ello con el fin de armarse y beneficiar a las empresas pertinentes y, cómo no, ‘agradar’ al rey Trump, claro.
Otro ejemplo de la aplicación de la mencionada expresión de Mussolini, ‘Tutto nello Stato, niente al di fuori dello Stato, nulla contro lo Stato’, lo tenemos con la desnacionalización de Catalunya, que están ejerciendo Pedro Sánchez y su mano ejecutora Salvador Illa; y para ello persiguen todo tipo de actuaciones, incluso españolizando la Diada de Sant Jordi.
Y que ese discurso pretendan hacerlo con ‘guante blanco’, como presume el represor Illa, es más vergonzante, si cabe. Pues hace un momento, y con motivo de la Semana Santa, ha dicho que sigue los valores de la democracia cristiana. Pero claro, la ideología de ese movimiento se fundamentaba en la libertad, la participación democrática y la justicia social basada en la consideración de las personas; y esos valores, Illa y Sánchez se los pasan por sus respectivos forros, ya que, al considerar como único valor la ‘sacrosanta unidad de España’, todos los principios ajenos a ese sacrosanto valor, según ellos, deben ser perseguidos.
Así, todo el entramado de los diferentes poderes, desde los todopoderosos: Trump, Putin, Netanyahu, etc., hasta los prepotentes discípulos: von der Leyen, Sánchez, Illa, etc., a mi modo de ver, son una mala copia de una democracia.
Y si encima vemos que el reino español, teóricamente aconfesional según su constitución, sigue aplicando ‘costumbres’ medievales, propias del absolutismo, por ejemplo, indultando, este año, a seis personas (5 hombres y 1 mujer) condenadas por diferentes delitos de drogas y hurtos (2 en Málaga, León, Zaragoza, Jaén y Granada) ; indultos ya publicados en el BOE.
Esa es la manera de interpretar el artículo 16.1 de su constitución, que dice que la única manifestación del estado será para garantizar el necesario mantenimiento del orden público protegido por la ley.
Es inconcebible que delitos condenados con 3,5 años de prisión, como es uno de los casos (Natalio C.), sea indultado por la tradición de la hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y del Descendimiento del Señor, en la capital granadina. Y que esto lo ‘justifique’ el ministro de justicia Félix Bolaños y firmado por el rey, es vergonzoso, y repugnante intelectualmente, ya que se escenifica en la tradición de llevarlo esposado en la procesión del Viernes Santo, escoltado por dos hermanos cofrades de la Soledad, junto a un tercero que lleva un cojín con el pergamino con la resolución del indulto.
Que las diferentes cofradías soliciten la medida de gracia para algunos de los reos de su ámbito, argumentado razones de ‘justicia, equidad o utilidad pública’, y este año, el ‘gordo de la lotería’ ha tocado a la Cofradía de El Rico de Málaga y el Perdón de Jaén, ya liberados en la procesión de este Miércoles Santo, entre otras, incluida la citada de Granada.
Esta fantochada, en memoria del indulto que Pontius Pilatus (12 a. C. – 38) aplicó a Bar Abba (Barrabás), siguiendo la costumbre de indultar a un preso por Pascua, a petición del sanedrín judío, y la población eligió a Barrabás, antes que a Jesús.
Y claro, esta referencia nos muestra que siempre predominan la venganza y los instintos, sobre la razón y la justicia.
Según algunos estudiosos del Nuevo Testamento, como Hyam Maccoby, Barrabás era el sobrenombre que la población daba a Jesús, que siempre empezaba sus oraciones con la palabra Abba (Padre), y según estas hipótesis, cuando la multitud de Jerusalén gritó la libertad a ‘Bar Abba’ (Barrabás) pedían la libertad del mismo Jesús (Jesús Bar Abba, Jesús Hijo del Padre, ya que, en arameo, Barrabás, Bar Abba, significa ‘hijo del padre). Pero, Pilatos y el sanedrín judío exigieron la liberación de otro reo (de nombre desconocido), un rebelde contra Roma, a la que quería destruir.
Yo desconocía esta versión, y he quedado sorprendido al ver tantas referencias. Sea como sea, es una muestra más de que el poder siempre consigue lo que quiere, y después tergiversa la información a su gusto y manera.
En definitiva, que el sanedrín de los rabinos judíos, como el de tribunal supremo español, sólo buscan sus intereses, importándoles un bledo la justicia.
Y que, aún así, Pedro Sánchez, Félix Bolaños y el ‘poncio pilato borbónico’ prefieran mantener estas costumbres, sin cuestionarse la justicia, y ‘olvidando’ la aplicación de la amnistía que siguen esperando nuestros líderes independentistas, en realidad, es la confirmación de que sigue vigente el lema fascista: ‘Tutto nello Stato, niente al di fuori dello Stato, nulla contro lo Stato’.
Así que no podemos esperar nada del reino español, ni de los poderes extranjeros. La única alternativa somos nosotros, con nuestras acciones. No hay otra.
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