Buscar

UAEMéx: Un Negro futuro de concretarse la imposición de la próxima Rectora

La Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), una de las instituciones educativas más importantes del país, atraviesa una de sus crisis más profundas en años. La comunidad universitaria se encuentra al borde del colapso institucional ante la imposición antidemocrática de Eréndira Fierro Moreno como próxima rectora, en un proceso marcado por la sombra del autoritarismo, la corrupción y la opacidad orquestada por el actual rector, Carlos Eduardo Barrera Díaz.

Desde el inicio del proceso de sucesión, Barrera Díaz dejó en claro que no estaba dispuesto a respetar las formas ni el fondo democrático. Muy lejos de una contienda abierta y transparente, su intervención directa a favor de Fierro Moreno ha sido evidente y descarada. Filtraciones de audios comprometedores y presuntos desvíos de recursos públicos para favorecer a su candidata sólo han venido a confirmar lo que muchos ya sabían: el proceso está viciado.

Las irregularidades son numerosas. Auditorías con señalamientos pendientes, un uso sospechoso del presupuesto, y decisiones clave tomadas en días inhábiles —como la aprobación exprés del dictamen financiero del primer trimestre por parte del H. Consejo Universitario— dejan entrever una estrategia bien calculada para blindar políticamente a la administración actual, aún a costa de la credibilidad institucional. Es preocupante que, mientras se presume «cumplimiento estricto» en la información financiera, no haya claridad sobre el uso específico de los recursos en medio del proceso de sucesión.

A esto se suma la alarmante caída de la UAEMéx en el ranking QS, donde ha perdido al menos 200 posiciones desde el inicio de la gestión de Barrera Díaz. En 2012 la universidad figuraba en el lugar 601; para 2025 se encuentra entre los lugares 1001-1200. Esta caída en indicadores internacionales de calidad educativa no es casual: responde a un abandono sistemático de la academia, la investigación y la mejora institucional, que han sido desplazadas por la grilla política y la protección de intereses personales y de grupo.

La historia se repite. Al igual que en la administración de Jorge Olvera García —señalado por su presunta participación en la Estafa Maestra y hoy candidato al Poder Judicial—, hoy se privilegia la continuidad de un proyecto autoritario disfrazado de institucionalidad. La UAEMéx vuelve a estar secuestrada por la política, y esta vez, la comunidad universitaria ha decidido alzar la voz.

Facultades en paro, asambleas permanentes, marchas y protestas reflejan la profunda inconformidad con el proceso y con los resultados. El rechazo a Fierro Moreno no es personal, sino político y ético: representa la imposición, el autoritarismo y la nula apertura al diálogo. Su actitud, entre la victimización y la prepotencia, ha sido incapaz de generar consensos. De imponerse en la rectoría, lo que se espera no es una gestión de reconciliación, sino una administración de mano dura, marcada por la deslegitimación de origen.

La UAEMéx no sólo enfrenta una crisis de gobernabilidad. En juego está su autonomía, su vocación académica y su compromiso con el bien público. De consolidarse esta imposición, el futuro de la universidad será uno negro: más autoritarismo, más corrupción y menos educación de calidad. La comunidad universitaria merece mucho más.