Sin duda el norte del país está dejando un claro precedente de cómo se debe hacer la política actual, y es que primero lo vivimos con “El Bronco” Jaime Rodríguez Calderón quién abrió camino pues ganó las elecciones a gobernador de Nuevo León como candidato independiente y tuvo el cargo de 2015 a 2020, sin duda fue un buen trabajo de campaña el que se realizó enfocado en gran medida en lo digital ya que, para él, las redes sociales fueron un aliado. Y ese aliado también fue, y ha sido, gratamente explotado por el ahora gobernador, Samuel García y su esposa Mariana Rodríguez, y es que ambos han hecho de las plataformas digitales sus principales medios de contacto con la población.
Así, considerando que ellos están explotando a su favor las redes sociales digitales, debemos recordar que estas herramientas son de dos filos y es que en el mundo de los “influencers políticos”, porque ellos entrarían dentro de esa categoría, así como a algunos no les ha gustado cómo están llevando a cabo las cosas a otros nos parece que lo están haciendo de manera ejemplar, claro está con sus visibles errores propios de quienes abren camino. Por ejemplo, la semana pasada la primera dama de Nuevo León se disfrazó de Cenicienta y de Dinosaurio porque iba a realizar visitas a niños del DIF en dos albergues de su estado, muchos en redes sociales malinterpretaron el que la primera Dama se vistiera de Cenicienta considerando que así se visitó para visitar a su marido en Palacio de Gobierno cuando en realidad lo hizo como parte de su labor en dichas visitas.
Sin embargo, el tema no quedó ahí, la esposa de Samuel García conoció en uno de los albergues a un niño con cáncer que, como era de esperarse, se le está cayendo el cabello producto de las quimioterapias por lo que, en un gesto de empatía le dijo que ella se cortaba el cabello con él. Ciertamente, a diferencia de lo que muchos dicen ella no dijo que iba a donar su cabello, sólo iba a acompañar al niño en su proceso y, como es su costumbre lo compartiría con su red de seguidores. Este “acto”, porque en efecto se cortó el cabello, fue llamado por muchos como uno de propaganda política, y si bien esto así fuera, la jugada le salió muy bien.
Y es que al final, la estrategia dio para mucho: Rodríguez encontró el fondo en la forma, trató un tema de alta sensibilidad nacional, pues es uno que sin duda no ha sido abordado con empatía -por decirlo de la manera más decorosa posible- por parte de los altos mandos de nuestro país y por lo mismo ha generado muchísima controversia, lo hizo suyo de una manera auténtica y logró posicionar su imagen, y por ende la de su marido, dentro del espectro de mucha más población. Aunado a esto, las comparaciones no se hicieron esperar, entre la empatía que está mostrando Mariana Rodríguez-como estrategia o no- y la respuesta que dio en twitter la investigadora y no primera dama, Beatriz Gutiérrez a alguien que pidió su atención a los padres de niños con cáncer, lo que dejó mucho mejor parada a la primera dama de Nuevo León.
Queda claro que tanto García, pero principalmente, Rodríguez, han sabido sacar provecho de las plataformas con las que cuentan, pero sobretodo saben cuál es la mejor manera de hacer llegar su mensaje a las nuevas generaciones, que este sea constantemente replicado y que así genere un impacto determinado, a sabiendas de que las redes sociales tienen memoria a largo plazo y no hay mucho margen de error, cosa que pocos políticos han logrado.