Este aforismo (A rose is a rose is a rose) que he copiado como título, forma parte del poema ‘Sagrada Família’ escrito en 1913 por Gertrude Stein (1874 – 1946), e incluido en el posfacio (epílogo) de ‘Tres vidas’. Y me ha parecido que ese aforismo, que se asemeja a un kaiku, es apropiado para hoy, Sant Jordi, el patrón de Catalunya, fiesta de los libros y de las rosas; y, obviamente, recomendable en todos los sentidos, como explico a continuación.
Gertrude Srein, escritora estadounidense, hija de emigrantes alemanes judíos, vivió buena parte de su vida en Europa, ya que su padre fue un ejecutivo de una empresa de ferrocarriles; fue amiga de Pablo Picasso, Henri Matisse, André Derain, Georges Braque, Joan Gris, etc.; durante la Primera Guerra Mundial pasó una temporada en Mallorca, siendo la responsable de que su amigo Robert Graves se instalara en esa isla, pues le comentó: ‘Mallorca es el paraíso, siempre que uno pueda aguantarlo’; también aconsejó a su amigo Paul Bowles, que se instalara en Tánger, donde ella pasaba las vacaciones.
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Gertrude Stein ha sido valorada siempre por su alto nivel intelectual y su rigor por la exactitud y la simplificación, pues defendió que ‘las cosas son lo que son’, un principio de identidad ‘A es A’; es decir, ‘que tan solo empleando el nombre de una cosa ya se invocan el imaginario y las emociones asociadas con el objeto’:
Pájaros miden pájaros (…) Rogando para expresar rogando para expresar rogando para expresar bien (…) era un espacio era un espacio era un espacio para ver.
Percibo con la vista (…) con la vista veo palabras y frases’.
Un estilo es escritura, según los especialistas, inspirado en la pintura de Paul Cézanne (1839 – 1906).
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Ernest Miller Hemingway (1899 – 1961) escribió: ‘En cuestiones de ritmo y de emplear palabras en repetición ella había descubierto verdades válidas y valiosas, y sabía comentarlas’.
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Thomas Stearns Eliot (1888 – 1965) comentó: ‘Es buena, pero no es para gente como nosotros’.
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Gertrude Stein consideró que:
‘He destruido frases y ritmos y alusiones literarias y todas las demás tonterías de ese estilo para llegar al meollo del problema de la comunicación de intuiciones. Si la comunicación es perfecta, las palabras tienen vida, y eso es todo lo que se necesita para una buena escritura, poner en el papel palabras que bailen y lloren y hagan el amor y luchen y besen y realicen milagros’.
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‘Si estás en un espacio abierto dentro de una casa, y hablas con alguien que pueda oírte resulta muy agradable pero las puertas jamás son agradables las puertas’ (Ida, 1941)
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‘He estado exponiendo la historia de muchísimos hombres y muchísimas mujeres. En un determinado momento expondré la historia de toda clase de hombres y de mujeres, de todas las clases de hombres y de mujeres que existen. Ya he expuesto la historia de muchos hombres y muchas mujeres. En un determinado momento expondré la historia de todos los restantes. Ya he estado exponiendo la historia de muchísimos hombres y muchísimas mujeres, ahora expondré la historia de muchos más y después de más y después de muchos más y entonces se terminará esta historia de muchísimos hombres y muchísimas mujeres’ (Ser americanos, 1925)
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‘Dentro existe el sueño, fuera el enrojecimiento, en la mañana existe el significado, en la tarde el sentimiento. En la tarde existe el sentimiento. En el sentimiento cualquier cosa descansa, en el sentimiento cualquier cosa se acumula, en el sentimiento existe resignación, en el sentimiento existe reconocimiento, en el sentimiento existe repetición y completamente equivocado existe un pellizco. Todas las posiciones tienen vaporizadores y todas las cortinas tienen edredones y todo lo amarillo tiene discriminación y todo el círculo tiene circunferencia. Esto hace la arena’ (Brotes tiernos, 1912)
(fuente: Wikipedia; https://www.infolibre.es; y www.infolibre.es)
Pues bien, como los lectores saben, yo soy justo la antítesis de Stein, pues soy incapaz de sintetizar, pero, claro, ella, como gran maestra del lenguaje puro, jugaba en la champions league, y yo soy un amateur de quinta regional.
Y, asimismo, veo que los políticos, en general, también carenen del mencionado rigor intelectual de Gertrude Stein, pues lo único que tienen es una verborrea, que, por cierto, tampoco es nada florida.
Y esos políticos actuales también carecen de la ética precisa.
Un claro ejemplo lo destaca Vicent Partal, en su editorial de hoy, titulada: ‘La renuncia generacional del estado propio’, ya que apunta que:
‘(…) escuchando los discursos de Bildu de anteayer -pero también los del PNV-, me pareció intuir una posible razón (…) que se podría definir como una especie de renuncia generacional al estado propio. Para entendernos: Arnaldo Otegui, después de tantas décadas de lucha y tanto sufrimiento personal, hablaba como si la independencia fuese un proyecto a tan largo plazo que podríamos pasar casi cien años más. Otxandiano o Pradales, ya ni se refirieron.
(…) El independentismo catalán también somos una generación que tentamos con la renuncia generacional, como hemos visto desde el 2017.
(…) de manera que en este tiempo de elecciones -cuando la mirada corta se impone a la larga y todo parece que venga de ayer y se acabe mañana- me parece necesario insistir en esta reflexión de largo recorrido: somos nosotros, es nuestra generación. La primera, la más fuerte, la decidida, la preparada. No olvidéis esto; ni siquiera a la hora de votar. Porque tenemos una responsabilidad única’.
(Vilaweb, 22 de abril del 2024)
Y otro ejemplo de esa falta de ética, la podemos ver en las declaraciones de ayer (*), efectuadas por Oriol Junqueras (presidente de ERC): ‘La unidad no se construirá basándose en el egoísmo de uno que vota contra aquello que es bueno para el país’; y ante las preguntas sobre con quién pactarán si ganan, a quién llamarán, etc., Junqueras se repite, como el ajo, pues a todas las preguntas contesta que ‘nosotros con quien queremos pactar es con Catalunya’.
(*) entrevista efectuada por Carla Turró, Ara, 23 de abril 2024)
Es decir, un manifiesto e impúdico rechazo y repudio de Carles Puigdemont, así como un efectivo distanciamiento con la realidad, y una falta de respuestas claras y pertinentes, y todo ello contemplado desde un supuesto pódium.
Es decir, que nos encontramos en un momento que la política y la justicia son más necesarias que nunca, aunque, en realidad, siempre lo han sido y siempre lo serán; y, en este momento, nos encontramos huérfanos de verdaderos líderes, líderes que reconozcan el valor simbólico que representa la restauración de Carles Puigdemont. Una restauración que, si llega a ser efectiva, será una derrota moral y cívica del estado español.
Pero la realidad es muy diferente, como vemos aquí y en la mayor parte de estados, pues observamos que predomina el pensamiento único, inducido y teledirigido por los EUA, así como por Rusia y China. Y todos los demás estados, en sus diferentes áreas de subordinación, actúan como meras piezas de dominó, según la mano que las mueve.
Con anterioridad al 2017, el estado español nos amenazaba a los independentistas, que, en el supuesto de independizarnos, vagaríamos por el espacio sideral, ya que ni la UE, ni la ONU, ni ningún organismo internacional nos reconocería como estado independiente.
Y claro, sabemos que esa amenaza, no lo es tal, ya que, precisamente, tal como han actuado y actúan esos organismos, no son garantía de nada, pues han avalado malas praxis, según les ha convenido. Y, si ha sido así, de cara al futuro, esas organizaciones todavía serán más nefastas e ineficaces, como vemos, ya que el único camino que privilegian es el súper-armamento, el rearmamento por el armamento. El futuro nunca llegará, tendremos un presente de cada vez más negro, y nada más.
En este sentido, Carme Colomina, en su artículo ‘Las urgencias existenciales de Europa’ (Ara, 23 abril), acaba comentando que ‘ya hace tiempo que el diseño institucional y las prioridades políticas han descuidado la equidad intergeneracional en una UE donde los jóvenes no tienen prácticamente representación ni derechos formales en el actual sistema de toma de decisiones’.
La periodista Anna Bosch, (@annabosch) apuntó anteayer: ‘Argumento de Anthony Blinken, secretario de Estado de los EUA, para convencer a los republicanos que en el Congreso se oponen a más ayuda para Ucrania: ‘estos dineros se invertirán en los EUA en la producción de más armamento, en la industria militar estadounidense’
Como vemos, el mundo está en una carrera armamentista, dirigida por las grandes industrias de armas, que provocan que de cada vez sea más necesario armarse, una carrera con un único final: la muerte.
Hoy hemos visto la película ‘Civil War’, escrita y dirigida por Alex Garland, que presenta un futuro cercano, en el que los EUA se han dividido en múltiples facciones envueltas en una guerra civil; una alianza armada de estados que se rebelan contra el gobierno federal. Y todo ello narrado a través de las aventuras de un equipo de reporteros, formado por tres generaciones, que recorren diferentes estados para ir a la Casa Blanca, con el propósito de efectuar una última entrevista al presidente.
En esa película, se presentan daños colaterales, la población civil masacrada y atemorizada y, evidentemente, surgen los diferentes y peores sentimientos de todas las personas, pues todos tenemos un brutal lado salvaje.
Y me parece que ahora, nos planteen, un futuro distópico, causante de la alienación humana, creo que es un claro mensaje, tendente a buscar la unidad y el mantenimiento del statu quo, ya que la alternativa es ver el dominio y control de los generales que se limitan a hablar de objetivos, sin mostrar ningún sentimiento hacia la ciudadanía.
Y eso nos llevaría a coincidir con José Luis Borges (1899 – 1986) que comentó que: ‘El hombre olvida que es un muerto que habla con muertos’
Por todo ello, es preciso cambiar de chip, y dejar de actuar ‘sine ira et studio’; sin ira y sin prevención (parcialidad).
Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844 – 1900), en 1987 señaló las virtudes de un filósofo: tendencia a la duda a la negación, deseo de neutralidad y de objetividad, y deseo de proceder ‘sine ira et studio’.
Y todos tendríamos que seguir a este filósofo, que, como se observa en su obra ‘Así habló Zaratustra’ (1883), defendió los valores morales, si bien aceptando que la única rueda que hace que las cosas se muevan es la lucha entre el bien y el mal. Pero, la fuerza de la voluntad ha de conseguir que las acciones sean creadoras de nuevos valores y, en consecuencia, abandonando los anteriores valores.
Sabemos que el bien supremo es la libertad, así que tenemos que olvidar a los actuales falsos gurús, a los personajes políticos que anteponen sus intereses personales y de partido, es decir, los que son mezquinos, y que quieren hacernos creer que ahora no toca la independencia, que debemos tener paciencia, para, así, garantizarles sus actuales prebendas por los siglos de los siglos.
En definitiva, debemos ser conscientes de las malas vibraciones de este momento, para superarlas; y esforzarnos para que la rueda del eterno retorno nos lleve de nuevo a la unidad e ilusión que tuvimos hasta el 2017, y eso requiere que, previamente, hagamos efectivo el ‘crepúsculo de los ídolos’, siguiendo con Nietzsche, en su obra de ese título, de 1888.