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Urge romper las barreras que excluyen a las mujeres de la economía

  • Para las mujeres, la precariedad laboral no es destino
  • El estado debe asumir la responsabilidad de los cuidados como nueva responsabilidad constitucional 
  • 26 millones de mujeres sin ingreso propio, cuidan hogar y familia

Para las mujeres de México, la precariedad no es destino, los cuidados deben institucionalizarse como una responsabilidad del Estado compartida con el mercado, la sociedad y la familia, incluyendo a los varones,  coinciden legisladoras y académicas convocadas por Acción Ciudadana Frente a la Pobreza para analizar las barreras que impiden la inclusión económica de las mujeres. 

Un conjunto de reformas legales están transitando en ese sentido: el derecho al cuidado, la obligación del Estado de garantizar un sistema de cuidados, el derecho al uso libre del tiempo y la igualdad salarial entre mujeres y hombres. Reformas que se suman a la que eliminan las prácticas de contratación laboral abusivas o outsourcing y la que reconoce los derechos laborales de las trabajadores del hogar, además de otras en preparación para reducir la informalidad que es en realidad el trabajo sin derechos laborales, sin seguridad social, salud, y afecta sobre todo mujeres, informaron la Senadora Mercado y la diputada Villavicencio. 

Mónica Orozco, directora de Genders a.c.. y María Ayala, responsable de datos de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, junto con la senadora Patricia Mercado y la diputada Lorena Villavicencio, participaron en el programa Acciones Ciudadanas, actividad inscrita en la jornada nacional contra la violencia de las mujeres.  (El programa se puede ver en el canal de “Frente a la Pobreza:  https://www.youtube.com/watch?v=nynAi9bciZQ

En su participación en el programa Acciones Ciudadanas, afirmaron que México puede potenciar su presencia en la economía mundial si es capaz de derribar las barreras que impiden a las mujeres construir su autonomía e incorporarse al crecimiento y al desarrollo con reconocimiento pleno de sus derechos.

Citaron estimaciones que calculan el valor de los trabajos domésticos y de cuidados que realizan las mujeres en casa en el equivalente a 23 puntos del Producto Interno Bruto; es decir 5 billones de pesos, cantidad cercana al presupuesto de egresos del gobierno federal, mencionó la dip. Lorena Villavicencio. 

Liberar a las mujeres de la obligación impuesta como natural del trabajo doméstico y de los cuidados a niños y niñas, de personas con discapacidad, enfermas y adultas mayores, implicaría la oportunidad de ejercer el derecho a dedicar su tiempo a lo que mejor les convenga y, en muchos casos, incorporarse a mercado productivo lo representaría una multiplicación del producto nacional y un notable crecimiento del mercado interno.

Una larga carrera por la autonomía de las mujeres y en beneficio de la igualdad se ha iniciado, dijo Mónica Orozco, académica y directora de Gender AC, la igualdad se concretará cuando el estado, los empresarios, los hombres, la sociedad y la familia asumen en la vida cotidiana una sociedad sin división sexual del trabajo, dijo Lorena Villavicencio.

En ese contexto, el Poder Ejecutivo debe cambiar su concepción de la familia, donde la mujer tiene el rol de cuidadora del hogar, dijo María Ayala.  Patricia Mercado mencionó el cierre del programa de escuelas de tiempo completo y el de estancias infantiles como ejemplo de acciones públicas que son un retroceso: “ponen sobre la espalda de las mujeres tareas que ya había asumido el Estado” y van en sentido inverso a la reforma constitucional recién aprobada en la Cámara de Diputados.

26 millones de mujeres no tienen ingresos propios

Las barreras que entorpecen el acceso de las mujeres a los mercados laborales propicia que en México haya cerca de 26 millones de mujeres sin ingreso propio, lo que contribuye a la vulnerabilidad a la violencia en su contra.

Sólo 4 de cada 10 mujeres tiene acceso al mercado de trabajo en México y únicamente el 6% de las mujeres que trabajan ganan más de 12 mil pesos mensuales, mientras que 7 de cada 10 no pueden comprar lo básico con su ingreso laboral.  

La asignación social del cuidado del hogar y la familia ha condenado a la mujer a ser dependiente por no tener ingresos y quedarse en el hogar a ejecutar tareas domésticas no remuneradas, cuidar niños, enfermos, personas discapacitadas o adultos mayores; labores que no son remuneradas ni socialmente reconocidas. 

La precariedad laboral 

Además de la exclusión del mercado laboral, las mujeres que sí logran emplearse, en su mayoría, lo hacen en condiciones de precariedad; con bajos salarios (72%), sin seguridad social (62%), sin contrato estable, en horarios rígidos, y sin defensa ni representación sindical. Los estados donde hay más mujeres sin ingreso laboral suficiente para mantener a una familia son: Chiapas 79%; Puebla 76%;  Guerrero 75%; Morelos 75%, y Oaxaca 74%. 

Sin considerar la doble jornada que realizan, en promedio, las mujeres deberían trabajar años de 13.5 meses para ganar igual que los hombres y años de 14 meses para cubrir el costo de la canasta básica para dos personas, ellas y una más.

La alarmante situación de las mujeres en el mercado laboral, víctimas de la violencia que caracteriza esta época, se ha agravado con la presencia de la pandemia por covid 19. Hay mayor mortalidad entre amas de casas, y la recuperación del trabajo para las mujeres es más lenta con tendencia a ahondar la precariedad.

Exclusión económica y social 

Casi 17 millones de mujeres no pueden trabajar por asumir un rol de género impuesto histórica y socialmente. Se trata, en su mayoría, de mujeres menores de 45 años (50%) que han cursado al menos la secundaria (68 %) o la educación media superior (27%). 

La participación de las mujeres en el mercado laboral es de apenas 43%, los hombres tienen una participación de 74%. El desempleo afecta más a las mujeres (17.5%) que a los hombres (8.5%). Los estados con menor participación laboral de mujeres son: Chiapas 32%; Veracruz 37%; Zacatecas 39%; Tabasco 40%; Querétaro 40%. 

Precariedad laboral de las mujeres 

Más de la mitad de las mujeres que trabajan carecen de afiliación a la seguridad social (61%); un 52% no tienen contrato estable; y el 93% de ellas no tienen sindicato que negocie su salario y prestaciones y defienda sus derechos. Las entidades con menor seguridad social para las mujeres son:  Chiapas 84%; Oaxaca 83%; Guerrero 82%; Hidalgo 78%, y Puebla 78%. 

Otro aspecto injusto de la situación de las mujeres en el mercado de trabajo es que, pese a los avances, aún están confinadas a actividades asociadas con el rol de género. El ejemplo más claro es el trabajo doméstico remunerado: por cada hombre ocupado en ese sector hay 11 mujeres. Son 2.2 millones de mujeres en total empleados en tareas del hogar. Y aún así hay una brecha salarial de $1,362 mensuales en promedio, con lo cual la brecha se multiplica. En contraste, en puestos directivos, hay casi 4 veces más hombres empleadores que mujeres empleadoras. 

Doble Jornada laboral

Mujeres que laboran 20 o más horas a la semana, cumplen además con otra jornada completa extra, en un trabajo que no es valorado, ni remunerado, sin prestaciones, ni días de descanso: el trabajo en casa, cocinando, lavando, planchando, limpiando o cuidando hijos o familiares. Mujeres en plena edad productiva, de 30 a 59 años de edad, dedican más de 45 horas en promedio a tareas no remuneradas del hogar y de cuidados, además de su jornada laboral.

Las legisladoras dijeron que las tareas pendientes por la igualdad de las mujeres incluyen tres erres. Reconocimiento del trabajo de cuidados, Redistribución de las tareas del hogar y el cuidado de los hijos y la familia, y Reducción del trabajo doméstico. 

Frente a la Pobreza propone un modelo de igualdad sustantiva que posibilite nuevas relaciones sociales, económicas y políticas, y que contribuya a una economía incluyente, con menor pobreza y desigualdad, partiendo desde el mundo del trabajo.  

La propuesta incluye el diseño de un sistema nacional de cuidados que propicie que las mujeres ejerzan sus derechos, dispongan de su tiempo y avancen al logro de conseguir su autonomía económica.

Las propuestas que  Acción Ciudadana Frente a la Pobreza recoge de organizaciones civiles expertas en la materia, para ampliar la participación de las mujeres en la economía con trabajo digno, es decir con salario suficiente, seguridad social y derechos laborales, son: 

  1. Construir un Sistema Nacional de Cuidados para que las mujeres puedan trabajar tranquilas, sabiendo que su familia está bien.
    • Un Sistema Nacional de Cuidados con cobertura universal, calidad y equidad, que involucre a toda la sociedad, incluido el sector privado
    • Que atienda a menores (centros infantiles), a personas  con discapacidad y a adultos mayores
    • Que amplíe la cobertura de las escuelas de tiempo completo
    • Que establezca políticas de incentivos a las empresas y entidades que proveen servicios de cuidados
    • Que incluya todas las medidas de atención a personas cuidadoras
  1. Establecer mecanismos de valoración de las tareas de cuidados y del hogar, incluyendo formas de pago y protección social; porque son inversiones en el desarrollo humano, el bienestar y la calidad de vida. 
  2. Establecer mecanismos para garantizar igualdad de pago para mujeres. A trabajo igual, salario igual. 
  3. Promover acciones afirmativas y condiciones favorables para la contratación, permanencia y promoción de mujeres en el trabajo.
  4. Equilibrar los permisos para maternidad / paternidad y el resto de prestaciones de acceso a servicios de cuidados, para evitar sesgos de contratación contra las mujeres.
  5. Establecer mecanismos efectivos contra las violencias en el entorno laboral.
  6. Garantizar condiciones de seguridad para mujeres que trabajan en horarios o situaciones de riesgo a la violencia.