Imagogenia
@mar_naa
La administración de Andrés Manuel López Obrador está viviendo, tal vez, una de las crisis más fuertes hasta el momento, y es que queda claro que el tema de la <<casa gris>> de su hijo José Ramón en Houston es uno que le ha calado profundamente, pues desde el 27 de enero que se publicó la investigación realizada por Latinus en colaboración con Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, el titular del ejecutivo se ha mostrado más visceral que nunca; y pareciera que desde ese día ha buscado un espacio para mencionar el tema y atacar a Carlos Loret de Mola, quién encabeza el trabajo periodístico.
Si bien, queda claro que no es la primera vez que Loret de Mola publica un reportaje en el que la imagen del presidente se ve afectada porque en estos se expone a algún personaje cercano a él que supuestamente está involucrado en algo indebido como: recibiendo dinero para el partido que representa o porque tiene contratos con empresas que trabajan para gobierno -cosa que él prometió que no sucedería-, entre otros; También queda claro que es el mismo presidente el que le ha dado un alto posicionamiento a la imagen del comunicador al atacarlo diariamente en las mañaneras, tanto que el día 11 de febrero, más de 65 mil personas se unieron a un Space en Twitter organizado por la cuenta Sociedad Civil México bajo el hashtag #TodosSomosLoret, luego de que el presidente difundiera sus ingresos, porque no sólo pone en riesgo la vida del comunicador, sino que esto claramente va en contra de la Ley General de Protección de Datos Personales. Y es que aunque Ana Elizabeth García Vilchis, titular de la sección «Quién es quién en las mentiras de la semana», señalara que hubo <<ciberacarreo>> en el evento digital por supuestas granjas de bots árabes, lo cierto es que, a pesar de que el tema de los bots es controvertido el Space en cuestión batió un récord y eso, seguramente pegó en el ego de algunos.
La problemática en general, no sólo deja en evidencia que AMLO no está siendo asesorado de la mejor manera -o tal vez no se deja asesorar-, sino que además no existe un manual de crisis al que él se apegue para hacer frente a este tipo de eventualidades en las que, sin lugar a dudas, la imagen del presidente y su administración son las que más tienen que perder, pues lo que ha hecho hasta ahora con respecto de la famosa <<casa gris>> es reaccionar y no accionar con un plan establecido para ello. Ya que no sólo son los ataques constantes en contra de Loret de Mola y otros comunicadores y medios de comunicación que evidencian las fallas de su administración, sino que además se suma la respuesta de su hijo José Ramón y su esposa, Carolyn Adams que con un par de cartas y unas impresiones de pantalla buscan subsanar un tema que tiene un fondo mucho más profundo: su estilo de vida no va acorde con la austeridad que pregona el presidente.
La pregunta aquí es ¿cómo van a sanar AMLO y sus allegados las heridas que este suceso está dejando? Porque, el mostrarse <<vulnerable>> y llorando frente a las cámaras recordando la persecución de la que él y sus hijos han sido objeto desde hace muchos años, ciertamente no le generó empatía; el atacar constantemente a los medios que <<lo señalan>> no le ha dado frutos y el que su hijo haya emitido un comunicado le ha dado más problemas que soluciones. Al final, lo que no podemos cuestionar es que el presidente necesita, de manera urgente, alguien que le trace una guía definitiva para que limite sus declaraciones -y reacciones- para marcar una agenda que beneficie su administración, y que, en la medida de lo posible, cuando suceda un incidente del tipo, él y todos los allegados sepan cuál es el camino a seguir.
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