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Martha Nava Argüelles
Martha Nava Argüelles
Imagogenia
@mar_naa

Las “Fake News” o noticias falsas han sido tema últimamente y es que, en un entorno donde lo que sobra es la información, es fácil caer en el juego de la desinformación. Sin embargo, esto se vuelve aún más delicado cuando una figura pública, que cuenta con una imagen posicionada y una amplia plataforma de seguidores difunde algo que no es cierto. Tal es el caso de Joaquín López-Dóriga quién en su cuenta de Twitter señaló que al presidente Andrés Manuel López Obrador lo subieron a un simulador y lo dio como real.

Ciertamente la confianza que tiene la audiencia sobre lo que dice un comunicador, con alrededor de cincuenta años de experiencia, será tomado en primera instancia como verdadero y, por ende, muchos se darán a la tarea de replicar o refutar dicha información tal y como sucedió en esta ocasión. El caso más sonado fue el del ex presidente, Felipe Calderón quien retomó su tweet para “exponer” las actividades del presidente ante su propia plataforma de seguidores, agregando que este es un buen ejemplo de “Fake News” con imágenes manipuladas y videos pregrabados; y que los debería sacar la “señorita esa que no sabe leer en su sección de mentiras de la semana”.

Como era de esperarse AMLO no se iba a quedar callado y se dio a la tarea de retomar el tema en la mañanera para zanjarlo de raíz, y es que no sólo pidió a Calderón cuidar su prestigio y a su vez evitar difundir noticias que no son ciertas, sino que también se dio a la tarea de hacer señalamientos sobre la función social de los periodistas y el contrapeso que estos representan para la transformación; aunque, lo que más llamó mi atención es que coincidió con el expresidente al reconocer que Ana Elizabeth García Vilchis -titular de la sección “Quién es quién en las mentiras de la semana”- no sabe leer.

Aquí hay dos puntos muy importantes, el expresidente Calderón debe entender que no porque una nota o elemento informativo es publicado por algún medio de comunicación o periodista, la información difundida es real, pues muchos caen en el error de compartir sin verificar por ganar la nota -factor propio de la era digital-, tal y como le pasó a López-Dóriga quién además ya admitió su error; antes de dar retweet o de compartir en sus plataformas, se debe dar a la tarea de investigar y no tener la menor duda de que lo que publica es cierto. Y es que, si somos honestos, su credibilidad y por ende, su reputación están en juego, aún más al ser él parte de la oposición, una que se tambalea al más mínimo desliz.

Por otro lado, y esto no podía dejarlo pasar, también queda claro que, Ana Elizabeth Vilchis no sabe de oratoria y mucho menos cuenta con el expertis de su jefe, el presidente, de eso no hay duda; pero que ya te expongan públicamente como alguien que “no sabe leer”, es un golpe muy fuerte a su imagen y, aunque tal vez la intención del presidente era respaldar a Vilchis al decir que “ella no dice mentiras”, terminó por poner en evidencia sus fallas, ya que debemos recordar que en su mayoría tendemos a ver el punto negro y no la hoja blanca.