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VIA FORA (vía afuera)

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Los independentistas catalanes estamos cansados de ser ’cornudos y pagar la bebida’, y el colmo será si los ‘pagafantas’ de ERC acaban avalando la investidura del cipayo Salvador Illa como el (155) president de la Generalitat; pero confiamos en la serendipia que comporte el regreso de Carles Puigdemont, el presidente legítimo, ilegalmente destituido por el PP avalado por el PSOE. En este escrito me centro, básicamente, en la necesaria respuesta callejera de las bases independentistas.

El grito de ¡Via fora! era una consigna que se usaba en catalán desde tiempos medievales hasta finales del siglo XVIII, principalmente. Era una llamada a la población de una determinada ciudad o pueblo, para salir de casa, quería decir: ‘todos a la calle’, para poder defenderse contra algún peligro, interno o externo, que pusiera en riesgo sus libertades.

El grito se acompañaba del repique de campanas y se esperaba que todos los hombres libres mayores de 16 años y menores de 60 años, acudiesen con armas.

Había diferentes gritos, para diferentes tipos de peligros. El más famoso era el de ¡Via fora!, que servía para casi todo tipo de peligros, pero había peligros que necesitaban preparación para defenderse. Para cuando venían los piratas o los corsarios, gritaban ¡Via fora mar!; de esta manera podían saber que la amenaza venía por el mar, y se podían preparar adecuadamente contra el ataque inminente.

A veces, cuando había ladrones, gritaban ¡Via fora lladres!, y así el pueblo podía saber de qué tipo de peligro se trataba, y se preparaban para perseguirlos.

(…)

Mientras seguía la amenaza, el pueblo había de ir gritando para hacer ruido (somatent, metent so), y no se paraba hasta superar el peligro.

(…)

Ha habido diferentes obras, poemas, etc., que citan este grito de ¡Via fora!:

(fuente: Vilaweb)

I –

El opúsculo antiborbónico ¡Via fora els adormits! (vía fuera los dormidos), Barcelona, 1734.

Era un grito para la defensa de las libertades anuladas en 1714, y a la reclamación de los territorios cedidos a Francia, por la Paz de los Pirineos, y reivindica la creación de un dominio catalán que puede revivir, por su utilidad en Europa; o bien la creación de una república libre de Catalunya o una república o reino de Aragón, aliada a una república galaico – portuguesa.

(…)

Esta publicación, publicada 20 años después de la entrada de Felipe V en Barcelona, pone de manifiesto la persistencia de la consciencia nacional a pesar de la pérdida de las instituciones propias.

II –

El poema ‘Ara mateix’ (En este momento), de Miquel Martí i Pol (1929 – 2003) Lluís Llach lo resumió y musicó, siendo recitado por Silvia Bel, en 1982, álbum: ‘I amb el somriure, la revolta’

La letra íntegra es la siguiente:

‘En este momento

En este momento enfilo la aguja con el hilo de un propósito que no digo y me pongo a remendar.

Ninguno de los prodigios que anunciaban taumaturgos insignes se ha cumplido, y los años pasan rápido.

De la nada a poco, y siempre con viento en contra, qué largo camino de angustia y de silencios.

Y estamos donde estamos; es mejor saberlo y decirlo y afirmar los pies en la tierra y proclamarnos herederos de un tiempo de dudas y renuncias, en el que los ruidos ahogan las palabras y con muchos espejos medio distorsionamos la vida.

De nada nos sirve la añoranza o la queja, ni el toque de displicente melancolía que nos ponemos como jersey o corbata cuando salimos a la calle.

Tenemos apenas lo que tenemos y basta: el espacio de la historia concreta que nos toca, y un minúsculo territorio para vivirla.

Pongámonos de pie otra vez y que se escuche la voz de todos solemnemente y clara.

Gritemos quiénes somos y que todos lo escuchen.

Y al final, que cada uno se vista como le plazca, ¡y adelante!, que todo está por hacer y todo es posible.

1

Pensemos claramente esta quietud que dispersa tantos ecos inesperados; pensemos clara y sugerentemente, que nos llene el espacio concreto de este momento, el espacio en el que no hay ninguna sorpresa y todo es viejo, y triste, y necesario.

Dimos vuelta a la página hace tiempo, y algunos se empeñan en seguir leyendo la misma hoja.

2

Quizás el secreto es que no hay secreto y este camino lo hemos recorrido tantas veces que ya nadie se sorprende; quizás haría falta que rompiéramos la rutina haciendo algún gesto desmesurado, alguna sublimidad que trastocara la historia.

Quizás, también, de lo poco que tenemos ahora no sabemos hacerle el uso que corresponde: ¡quién sabe!

3

Muy lentamente gira la noria y pasan los años, o siglos, hasta que el agua sube a la cima más alta y, gloriosa, proclama la claridad por todos los ámbitos.

Muy lentamente descienden entonces los cubos para recoger más agua.

Así se escribe la historia. Saberlo no puede sorprender ni decepcionar a nadie.

4

Demasiado a menudo volvemos los ojos aún y el gesto traiciona angustia y debilidades.

La añoranza, voraz, nos chupa la mirada y nos hiela el tuétano del sentimiento. De todas las soledades, esta es la más oscura, la más feroz, y persistente, y amarga.

Conviene saberlo y conviene, por otro lado, pensar en el futuro luminoso y posible.

5

¿Quién sino todos -y cada uno por turno- podemos crear desde estos límites de ahora el ámbito de luz donde todos los vientos se exalten, el espacio de viento donde toda voz resuene?

Públicamente y con toda ley de indicios.

Seremos lo que queramos ser.

En vano huimos del fuego si el fuego nos justifica.

6

Ni lugares ni nombres ni espacio suficiente para replantar el bosque, ni ningún río que remonte su curso y nos eleve el cuerpo por encima del olvido.

Todos sabemos bien que no hay campo abierto para ningún retorno ni surco en el mar en la hora del peligro.

Pongamos señales de piedra en los caminos, símbolos concretos, de profunda plenitud.

7

Compartiremos misterios y deseos de raíz muy noble y secreta, en el espacio de tiempo que alguien permitirá que vivamos.

Compartiremos proyectos y angustias, placeres y duelos con dignidad extrema, el agua y la sed, el amor y el desamor.

Todo esto junto, y más, ha de darnos el aplomo secreto, la claridad querida.

8

En clave de tiempo y con mucho sufrimiento.

He aquí como podemos ganar el combate que libramos desde hace tanto tiempo, intrépidos.

En clave de tiempo y quizás de soledad, acumulando en cada uno la fuerza de todos juntos y proyectándola fuera.

Surco tras surco por mar de cada día, paso atrás paso con voluntad de aurora.

9

Ni levantes lujuriosos, ni ponientes solemnes. Más nos vale saber que no hay grandes misterios, ni un pájaro de alas inmensas que nos ampare; nada de aquello que tantas veces han proclamado con voz sumisa oscuros adivinos.

Pongamos la mano encima la mano y los años conferirán dureza a cada gesto.

10

Preservamos del tiempo y del olvido la integridad de unos ámbitos, de unos proyectos en que nos veíamos crecer todos juntos y combatir.

Y ahora ¿qué oscuro rechazo, qué pereza estropea el impulso de renovada furia que nos hacía casi deleitar la lucha?

Desde el fondo de los años, grita, bullicioso, la luz de un tiempo expectante y frondoso.

11

Convertiremos los silencios en oro y las palabras en fuego. La piel de este retorno acumula la lluvia, y los afanes borran privilegios.

Lentamente emergimos del gran pozo, hiedras arriba, y no a resguardo de ningún desastre.

Convertiremos el viejo dolor en amor y lo legaremos, solemnes, a la historia.

Como se ve, se trata de un canto a la resiliencia y a la esperanza en tiempos de adversidad.

La primera parte habla de la necesidad de aceptar la realidad tal como es, sin adornos, ni ilusiones. Reconoce que los prodigios prometidos no se han cumplido y que el camino ha sido largo y lleno de dificultades. Sin embargo, en lugar de rendirse a la melancolía o a la nostalgia, insta a levantarse y proclamar su identidad y su propósito, un grito a la acción, pues, a pesar de las dificultades, siempre hay espacios para la esperanza y la posibilidad de cambio hacia un mundo mejor.

(https://search.app/uFZRbaRNN2gXXTHt8)

III –

El poema anónimo del siglo XIX ¡Au, jovent!, musicado, entre otros, por Jordi Fábregas i Canadell (1951 – 2021) (Grup Coses, álbum: Així s’encenen al vent’ (2016) y por Ramón Muntaner i Torruella (1950 – 2021) (Cròniques, 1977)

Ave, juventud, ¡vía afuera!

Ave, juventud, dejad el trabajo,

preparémonos para salir,

afilemos rápido la herramienta

para cuando toquen a herir.

Para dar el grito de alerta

la campana está sonando

y antes de hora ya se despierta

dentro del corazón el entusiasmo.

Ave, juventud, ¡Vía afuera!

Vía afuera, somatén

Esta gente enrevesada

que lo tiene todo empoderado:

fija trepa nos ha robado

nuestra paz y libertad.

Pero ya los ve a última hora,

ya les llega el escarmiento;

salimos todos a la caza

de estos lobos sin remordimiento.

Ave, juventud, ¡Vía afuera!

Vía afuera, somatén.

Nuestras tierras abonadas

con afán hemos labrado

hasta que, a copia de sudadas,

hemos hecho crecer nuestro trigo.

Aquel trigo es nuestra vida,

es el sostén de la familia

y estos ladrones, en partida,

la cosecha nos va quitando.

Ave, juventud, ¡Vía afuera!

Vía afuera, somatén.

(https://search.app/x4x4S3z3TMxJFp6h6)

En definitiva, que hemos de tener presente que todo está por hacer y todo es posible, como escribió Martí i Pol, en el poema citado.

Pero no hará falta recurrir a ningún somatén (organización paramilitar de defensa popular), pues somos gente pacífica y democrática.

En este momento, de alta convulsión política, vemos que al tradicional peligro externo, del estado español, tenemos, también, a los unionistas catalanes, pero, especialmente, es preciso señalar que la mano ejecutora será ERC, si facilita la investidura de Salvador Illa; y, por eso, debemos gritar de nuevo ¡Via fora!, todos a las calles, para evidenciar a ERC que si, finalmente, efectúa esa traición al conjunto del independentismo; si se llega a confirmar, nos demostrarán que ese partido ya no merecerá el más mínimo respeto, por los siglos de los siglos.

Y llegado ese desgraciado momento de tener como presidente de la Generalitat a un represor del independentismo, el grito de ¡Via fora!, deberá ser contra el peligro generalizado del españolismo, incluyendo a sus cipayos en Catalunya.

Por lo visto, sólo podemos confiar en Carles Puigdemont, y que su sacrificio sirva como revulsivo; yo espero que su regreso comporte una notable motivación que genere una gran serendipia, un gran momento que marque un antes y un después, un hito histórico, para dejar de ser cornudos y encima pagando la bebida, con la infrafinanciación histórica.